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Poesias Cristianas

MANUEL SALVADOR CHACÓN

MANUEL SALVADOR CHACÓN

Pastor de la Iglesia de Cristo en Sevilla desde 1978 a 2003 y actualmente miembro de la iglesia junto a su mujer, hijos y nietos.

El espejo - Santiago 1:23-24 - Manuel Salvador
Señor, hoy me he mirado
En el cristal de tu brillo,
Pulido sol de horno refinado.
Palabra luminosa
A cuya luz mi imagen verdadera
Me has mostrado.

 

He visto mi ser natural
Sin barnices ante ti,
Espejo en el que me vi,
¡Ay Señor, que no me vaya
Queriendo yo olvidar
Lo que de mi, vi.
Me has mostrado que sólo la belleza
De lo santo esta en ti!

 

¡Ay espejo, Palabra que me dejas al desnudo,
Que nada puedo yo esconder de ti,
Y que al mirarme yo en ella
Quedo mudo, y al mismo tiempo
Abrazado quedo en ti!

 

Tu, la perfección,
Mirarte ¡oh Sol!
Es contemplar mi rostro vil,
Que yo nunca olvide que al mirarte
Fue solo a mi a quien vi.
Que yo busqué en el fulgor de tu limpieza
La imagen que deseas para mi.

 

Señor, hoy me he asomado
En el espejo de tus cielos,
Y es alli donde te vi,
Y al hacerlo ya mi imagen no la vi
Porque fuertemente me abrazabas
Quedando unido siempre a ti.
¡Ay mi Señor que nunca
Yo me olvide de lo que vi!

MANUEL SALVADOR CHACÓN.

(domingo 14 de marzo de 1999, Dia de la Biblia)

Como la flor - Job 14:1-2 - Manuel Salvador
Bella y corta es la existencia de la flor
Que nos habla de la brevedad de nuestra vida,
Gloria que nos hace sentir ser
Y tristeza de ser marchita,
Tiempo que pasa cual viento
Que nos lleva a otras orillas.

 

Tiempo veloz que nos desnudas…
Que nos rompes de nuestra flor,
Soplo de vida fugaz que marcha siempre deprisa,
Escalera que nos aleja de este vestido de frágil arcilla,
Y tiempo de ayer que no es vida vivida….
Si con las horas de este presente corre y termina.

 

Tiempo que fue, y que al pasar olvidas,
Breve como la flor,
Belleza y gloria de una mañana
que al llegar la tarde queda dormida,
Y esperando la lluvia nueva y tardía,
Levantando del polvo la flor caída,
Y venciendo al tiempo comenzar la vida….
¡Ay mi flor, duerme tranquila,
Que pase lo breve, hasta que venga el tiempo que no termina.

 

MANUEL SALVADOR.
1 de enero de 1999
Publicado en boletin Interior “Testimonio” nº 241
Tiempo de estío - Manuel Salvador
Es tiempo de siega,
el verano.
Fiesta de cosecha,
fruto de almas
en mis manos.

 

Gavillas abrazadas
de mieses de oro,
son trigos de cielos
celestes, son frutos
de sudor y lagrimas.

 

Llantos que riegan los
surcos duros de la tierra,
divinos pies que trillan
en la era de la vida.

 

No dejes que pase este
tiempo de estío
dejando mi alma dormida
En las tranquilas riberas
de placeres que me duerman.

 

No dejes mi divino segador
que me acomode a ser
un hijo de vergüenza.
No dejes pasar mi tiempo
de estío, no dejes pasar
el verano muriendo feliz
en las aguas del río
de mi indolencia.

 

¡Oh tiempo de sol dorado!
Que maduras la mies y la
pones para la siega,
déjame ir a la era de mi
pariente cercano y
busque la espiga y la
ponga en tu divino granero.

 

Frutos de labios que son
primeros, déjame tiempo
de estío que te redima,
que meta mi hoz en tus auras doradas,
que busque en tus eras
las horas placenteras de tus siegas.

 

Verano, no te vayas de mi
sin redimirte
llévame a tus horas felices
de trabajos, porque tu serás
en mis esfuerzos mi descanso.

 

Tiempo de estío, tu serás mi
playa y mi montaña,
mi mar y mis estrellas,
mis ríos y mis riberas
cuando mis pies se
muevan en tus divinas eras.

 

En las tranquilas riberas
de placeres que me duerman
no dejes divino segador
que me acomode a ser
un hijo de vergüenza,
que deje pasar mi tiempo
de estío, que deje pasar
mi verano, muriendo feliz
en las aguas del río de
mi indolencia.

 

¡Oh tiempo de sol dorado!
Que maduras las mies y
las pones para la siega,
déjame que vaya a segarte,
y serás para mi alma
tiempo de estío, oro y plata
de mi cosecha,
esfuerzo que en ti será descanso.

 

¡Oh divino tiempo de estío!
Verano ardiente, redimirte
será para mi alma
mi mayor deleite.
Manuel Salvador.
Publicado en boletin Interior “Testimonio” nº 231
¿A donde se apartó tu amado? - Cantares 6:1 - Manuel Salvador
¡Ay, amor que no puedo,
que de tanto buscarte muero,
que no entiendo mi existir
sin tener mis dedos en
tus dedos!

 

¡Ay, amor que me haces
sentir fuego!
¡Abrazar tu llama divina,
beber de las fuentes de
tu huerto, amor que es vida
déjame descansar en tu pecho!

 

¡Ay, amor que no pasas,
que no tienes años,
que corres por las riberas
eternas de mis sueños,
que no me haces daño
abrázame en tu mar de espuma,
de tu mirar celeste blanco!

 

¡Ay, amor, fuerza eres tu
que me mueve a la existencia,
pensar siempre en mi mañana
para verte, esperar que el
tiempo pase por tenerte!

 

¡Ay, amor que no envejeces,
te acaricio en mis noches,
eres mi sueño de siempre,
eres mi siempre primavera,
eres dulce agua de mi fuente!
¡Ay, amor, tu que todo lo sabes!
¿Conoces cuanto sufro por tenerte?
¿Oyes mi gemir entre las gentes?
¿Escuchas mi grito sin palabras
pronunciar tu nombre?
¡Ay, amor, amor!
¿Donde pasas mi noche?

 

¡Ay, amor, te busco en la mirada
de tus ojos, y me hablas tus
secretos escondidos!
¡Eres mas que ilusión pasajera,
mas que pasión efímera,
eres caricia sin cuerpo,
belleza sin carne, eres viento que me
envuelve de anhelos eternos,
amor que me haces sentir tormentos!

 

¡Ay, amor, río de aguas de mis ojos,
pájaro blanco de ilusiones
que vuelan por las alturas de
nubes de plata, súbeme en tu carroza
y llévame a tu palacio de oro!
¡Envuélveme en tu música
de arpas eternas, y ámame amor,
ámame amor por siempre!

 

¡Ay, amor, tu conoces mi sentir escondido
en estos pozos negros de mis ojos,
buscando siempre tus huellas!
¡Conoces este alma peregrina
que desde el vientre enamoraste,
no me atormentes, no me dejes
morir sin tus torrentes!

 

¡Ay, amor, fuerza que alimentas
mi existir, mi vida comenzó al conocerte,
no te escondas de mi, y alimenta mi llama!
¡Fuego divino, nunca te consumas
en mi amor, del cual salí!

Manuel Salvador

Publicado en boletin Interior “Testimonio” nº 232

Despertar al amor - Manuel Salvador

Maravilloso sueño,

amor del que saliste,

luz del despertar que

lleno mi paraíso.

 

Amor del que brotaste,

huesos de mis huesos,

que mi pecho abriste,

carne que al romper mi

carne, a mi carne unistes.

 

¡Ay varona, divino parto

de mi cuerpo, que amarte

a ti es amarme al mismo tiempo!

 

¡ Ay amor, que no tenerte

es vivir en un desierto,

que soy mitad si no te tengo,

ahora soy en ti , amor,

al fin completo!

 

¡ Ay bello despertar,

en este huerto, jardín del amor,

hueso de mis huesos, flor que

nació de esta arcilla pero

venida del cielo!

 

Tierra de mi templo

de la cual tomaste cuerpo,

amor que dos en uno somos hecho.

¡Ay jardín del amor,

que bello fue despertar

de aquel sueño, por eso amarte,

es amarme al mismo tiempo.

MANUEL SALVADOR.

Publicado en boletin Interior “Testimonio” nº 234

Caritas sucias - Manuel Salvador
Con ojos abiertos
pelos desgreñados
de tierra y de cielo
claveles tronchados
caritas sucias
sobre los tejados.

 

Lastimeros cantos
de pájaros olvidados
pequeñas lagrimitas
con barro mezclados
vacías manos que se
extienden buscando
el amparo.

 

¡Pueblos de la tierra
mirad esos rostros de
barro manchados, caritas
sucias sobre los tejados,
cuerpecitos inertes
que yacen en brazos y
voces de amor que rompen
la noche!
¡Ay que se derriten
los montes, que sepultan
la tierra, que cubren
las aguas a multitud
de gentes, caritas sucias
que plasma mi frente!

 

Caritas sucias
sonrisas convertidas
en muecas de muerte.
¡Ay, que triste es la tierra
cuando sus niños mueren!
Tierra que a la tierra
vuelve, caritas sucias
que al cielo devuelve.

MANUEL SALVADOR

Dedicado a todos los niños del mundo que sufren.

Publicado en boletin Interior “Testimonio” nº 237

El grano de trigo - Juan 12:24 - Manuel Salvador
¡Oh grano dorado
Sol que abriste
La puerta a la vida,
Pequeña semilla que
Cambiaste el invierno
En eterna primavera!
¡Oh grano, tu muerte
Nos trajo la vida
En espiga nueva!

 

¡Oh grano pequeño
Raíz de tierra seca
Que envuelto en sudario
Rompiste la peña, brotando
La vida en inmensa cosecha
Quedando tu alma así satisfecha!
No pudo la muerte,
No pudo su fuerza
Impedirle que el grano se abriera,
Para dar al mundo
El pan de la vida eterna.

 

¡Oh grano de trigo
Ya no estas en la tumba
De la noche negra, estas
En los graneros que llenan
La Tierra, vives en las almas
De tus primaveras,
Donde tu semilla arraiga de veras
Donde cada grano es espiga nueva!

 

¡Oh divino grano,
Trigo nuevo de la resurrección,
pequeño renuevo brotado de Dios!
¡Cuando llegue aquel dia
En que todos los granos
Serán levantados a la voz de Dios
Y llevados por ángeles al eterno
Granero de su mansión!

 

MANUEL SALVADOR.
Publicado en boletin Interior “Testimonio” nº 247
Canto al amor - 1ª Juan 4:8 - Manuel Salvador

¡Amor, luminoso rayo

que puso el orden del caos

en la negra noche!

 

Belleza inexplicable,

misterio que habita

en este vaso que se

quiebra y que es de barro.

 

Amor, palabra mágica

que hace música en esta

alma, que de ti fué suspiro,

sentimiento que no es

materia pero que la

mueve al mismo tiempo,

¡Oh amor, que triste es vivir y no tenerte,

pasar cerca de ti sin conocerte!

 

Nací de tí amor,

tu eres mi fuente,

fuiste la matriz la vida misma

de donde me tomaste.

 

¡Amor, amor, bello misterio

que me envuelves,

dulces desvelos de mis noches,

suspiros que acarician tus alas de plata,

déjame que vuele,

déjame que vaya hasta el valle

de la luz donde irradias!

 

Amor, eres la razón,

la causa de ser quien soy,

eres la fuerza que me mueve,

eres mi deseo mas ferviente,

mi noche y mi sol hasta tenerte,

eres mi suspiro y mis lagrimas,

mi día y mi noche, amor, amor

¡Qué triste es la vida sin tenerte!

 

Ayer es mañana,

pasado es presente,

amarte futuro,

vivir es tenerte,

vivir esta vida y no conocerte

es haber nacido sin existencia,

es haber vivido en la muerte.

 

¡Oh amor, luz que dió

sentido a esta vida,

abrázame para sentirme vivo,

Búscame y hazme tuyo,

Porque sino te encuentro

De desearte y suspirar me muero!

¡Llévame en alas eternas de amor tuyo

de donde he salido!

 

¡Ay amor, envuélveme en tu aliento,

y déjame tenerte,

Porque salí de ti,

y a ti quiero volverme!

¡Ámame amor porque me muero por tenerte!

Manuel Salvador

Publicado en boletín Interior “Testimonio” nº 222

Canto a la Biblia - Manuel Salvador

¡Oh Biblia preciosa

quisiera poder cantarte

y decirte tantas cosas!

 

¡Fuente de luz divina

de la que procedes Tu

de donde nace la vida

y a la que me llevas Tu!

 

¡Lampara del peregrino,

estrella del navegante,

antorcha en la negra noche,

brújula del caminante!

 

¡Eres potencia celeste,

eres poder transformante,

eres libertad y paz

eres amor encarnante!

 

¡Oh, amiga y consejera

si de tu mano tomados

caminamos a tu lado,

de todo camino malo

viviremos liberado!

 

¡Felices los que descansan

en tus riberas de amor,

los que en tu ley se gozan

amando tu perfección!

¡Dichosos los que te aman,

los que andan en tu luz,

porque serán liberados

de dolor y esclavitud!

 

 ¡Oh Roca de las edades,

cimiento de eternidad

Todos los que en ti edifiquen

para siempre vivirán!

 

 ¡Oh Biblia preciosa!

¿Quieres tu ser mi canción

ser mi estrella luminosa

y llevarme a tu Sión?

 

¡No hay riqueza mas grande,

dulzura mas deleitosa,

ni fuerza mas poderosa

para del mal liberarme!

 

¡Quiero que vengas conmigo,

quiero en mi vida llevarte,

quiero ser tu sembrador,

quiero en tu amor abrazarme!

 

¡Oh Palabra divina,

mensajera celestial,

corre y extiende tu vida

y danos tu libertad!

 

¡Oh fuente de salvación,

río de pureza y santidad,

lávame siempre en tus aguas

dame de tu sanidad!

 

¡Plántame junto a tus aguas

y dame de tu verdor,

y que en mi árbol no falte

de tu cosecha de amor!

 

¡Oh, Biblia preciosa,

quisiera poder cantarte,

y decirte tantas cosas!

Manuel Salvador

Publicado en boletín Interior “Testimonio” nº 223

Aquella noche en Belén - Lucas 2:8-20 - Manuel Salvador

Que noche más luminosa,

que luz más resplandeciente,

que estrella más prodigiosa

la que brilló en el oriente.

 

La noche rasgó su manto

y los cielos se rompieron,

viniendo a hacer su morada

Aquel Divino Lucero.

 

La justicia de los siglos

en sus alas nos traía,

y en la humildad de un pesebre

a la tierra descendía.

 

Era Dios fuerte y celoso,

Padre eterno y consejero,

eran brazos amorosos

refugio y escondedero.

Aquel reino maravilloso

que aquel niño nos traía

no era un reino de este mundo

era de paz y de armonía.

Aquella noche lejana

sigue cerca todavía

sigue anunciando a los hombres

salvación, paz y alegría.

Manuel Salvador.

Publicado en boletín Interior “Testimonio” nº 148

Mirad los lirios del campo - Mateo 6:28 - Manuel Salvador

MIRAD LOS LIRIOS DEL CAMPO

CUAN BELLOS Y HERMOSOS SON

DIOS LOS VISTE DE HERMOSURA

CON MAS GLORIA QUE A SALOMON.

 

SON PLANTADOS EN LA TIERRA

POR EL DIVINO HACEDOR

PONIENDOLOS COMO EJEMPLO

DE SU CUIDADO Y AMOR.

 

ES MUY BREVE SU EXISTENCIA

MUEREN CUANDO SALE EL SOL

PERO VIVE INTENSAMENTE

PARA LA GLORIA DEL SEÑOR.

 

¿QUE TIENES TU QUE ENSEÑARME

LIRIO DE LOS CAMPOS EN FLOR?

QUIERE ENSEÑARTE CREYENTE

QUE TU VALOR ES MAYOR.

 

QUE LA IMAGEN QUE TU LLEVAS

ES LA DEL CREADOR

QUEDANDO ASÍ CONVERTIDO

EN EL TEMPLO DEL SEÑOR.

 

VIVE CON ESA HERMOSURA

DEL ESPíRITU DE DIOS

MANIFESTANDO EN TU VIDA

LA GLORIA DEL SALVADOR.

 

NO TE AFANES POR RIQUEZAS

QUE NO HAY TESORO MAYOR

QUE SER UNA FLOR DEL CAMPO

PARA MORADA DE DIOS.

Manuel Salvador.

Publicado en boletín Interior “Testimonio” nº 145

Verbo y calvario - Manuel Salvador

¡Oh Palabra,

gemido de perfección eterna.

Verbo y Calvario,

De donde fluyen tus aguas de salud!

 

Perdón eterno

De tu doliente pecho,

Sed abrazadora de ti

Que eres la fuente,

Sed que sientes pero que no gustas,

Sed que rompes las piedras

Para saciar mi desierto ardiente.

 

¡Oh Verbo y Calvario

Que abres el paraíso

A los presos de la muerte,

Verbo de amor perfecto,

Calvario que vences la noche

Que haces temblar mi pecho!

 

¡Oh Verbo y Calvario,

Siete fueron tus palabras

Para crear al hombre nuevo,

Siete es tu número perfecto,

Verbo y Calvario,

Donde venciste al infierno!

 

Allí fuistes abandonado

Para que yo vil pecador

Por tu Padre fuera amado.

 

iVerbo y Calvario!

Que grito más espantoso

Que ni el sol podía mirarte

Que hasta se rompen las piedras,

Las piedras que tu creastes.

 

¡Verbo y Calvario!

Que nos vuelves al amor fraterno,

Consumada salvación que ha brotado de tu pecho,

Misterio escondido

Que con fulgor de mañana en mi alma has encendido…

 

Ya esta todo consumado,

A la muerte has destruido

Y a las manos de tu Padre

A mi alma has conducido.

 

¡Oh Palabra, gemido de perfección eterna,

Verbo y Calvario,

De dónde fluyen tus aguas de salud!

 

“Y Aquel Verbo se hizo carne,

Para llegar al Calvario,

Como Cordero sufriente

Y morir para salvamos”.

¡Oh Verbo y Calvario!

Manuel Salvador.

Publicado en boletín Interior “Testimonio” nº 224

De la muerte a la vida - Romanos 6:3-4 - Manuel Salvador

Sepultado en las aguas

Sumergido fui con El

Y enterrado para muerte

Mi pecado le entregué

Para morir juntamente

Y vivir también por El

Convirtiendo así mi vida

En un hermoso vergel.

 


Aguas del divino pozo

Símbolo maravilloso

De su santa redención

Donde quedamos unidos

A su gran obra de amor

Aguas de mi sepultura

Que el cielo nuevo me abrió.

 


Aguas que fueron de muerte,

Ahora de resurrección

Para andar en vida nueva

Con Jesús mi salvador

Y cuando El se manifieste

Vida gloriosa tendré

Aguas que fueron de muerte

Ahora de vida son

Porque en ellas se ha cumplido

Santa justicia de Dios.

 


En las aguas del bautismo

Con Jesús mi redentor,

Fui plantado en semejanza

De muerte y resurrección.

Yo soy nueva criatura

Mis obras ya nuevas son

Las cosas viejas pasaron

Y ahora para ser luz en el mundo

Es que Cristo me salvó.

 


 Aguas maravillosas

De santa concentración

De las tres santas personas

Que miran con santo amor

El Espíritu desciende,

Se oye la voz de Dios

Y el Hijo lleva en sus manos

Al redimido pecador

Al que recibe diciendo

Por hijo te acepto yo.

Manuel Salvador.

Bautismos dia 18 de abril de 1999

Publicado en boletín Interior “Testimonio” nº 249
 

La primera palabra ... ¡Madre! - Genesis 3:20 - Manuel Salvador

Y alli en tu escondite

Dios y tu, trabajabais juntos

Para que yo viniera a ser trozo de tu amor

Y del amor de Dios

¡Madre, soy aliento divino

Salido de tu seno!

¡Soy yo y tu y Dios

Obra que de sus manos salió!

 

¡Madre, criatura especial!

Que reflejas los ideales

Que nos haces sentirnos hombres,

Herederos de la vida y del amor,

No existe entre los humanos

una palabra mejor.

 

¡Madre y Dios, vida y amor

Y entre todos los tesoros

Tu eres la joya mejor!

Gracias te damos Señor

Por aquel nombre primero

Que mis labios pronunció,

¡Madre, tu nombre quedó

Por siempre grabado en mi corazón!

Manuel Salvador.

Dia de la Madre, Mayo 1999

Publicado en boletín Interior “Testimonio” nº 250

Venid a mi mar - Lucas 6:31-32 - Manuel Salvador

A solas contigo

Mi barca en tu mar

Mi alma descansa

Tranquila en tu paz.

No siente el rugido de la tempestad

Tranquila ya duerme,

Sosegada en tu mar,

A solas contigo

Yo siempre he de estar.

 

A solas contigo

Mi barca se va,

Surcando los mares

Navega en tu paz,

Mi alma y tu alma

En la mar se abrazan

No dejes mi barca

De entrar en la mar

Surcado en las olas

De tu eternidad.

 

A solas contigo

Remando en tu mar

Mi barca se aleja a tu Canaan.

¡Que gozo indecible

En tu barca remar

Buscado contigo donde descansar!

Mi alma te escucha

En tu soledad del mar,

A tus mares tranquilo

Me quiere llevar.

 

A solas contigo

Maestro y Señor

Tu quieres llevarme

Contigo a tu mar,

Llevarme en tu barca a la eternidad,

Bogar mar a dentro y en ti descansar.

¡Llévame a lugares de gozo y de paz!

 

A solas contigo

Mi descanso esta,

Mi Señor Jesús

Llévame contigo a tu mar,

Quiero que compartas

Hoy conmigo esta soledad,

Y entre el mar y el cielo

Mi barca se va

A aquella otra orilla

Que está mas allá.

 

Jesús de los mares

Que en mi barca estas

A solas conmigo

Descanso me das

Tu eres mi sosiego en la tempestad

A tu voz se aquieta

Tu aire y tu mar

Llenando mi alma

De bonanza y paz,

Si vienes conmigo cruzaré tu mar.

Manuel Salvador.

Verano 1999

Publicado en boletín Interior “Testimonio” nº 254

 

Los desocupados - Mateo 20:6 - Manuel Salvador

¿Por qué estáis aquí

Mientras el tiempo pasa?

¿Por qué inactivos

Si las mieses ya están blancas?

¿Por qué si somos hijos de la esperanza?

 

¡Id vosotros a mi viña

Para que así también seáis mis plantas

Para que seáis mis frutos dulces de verano

Y renuevos que brotan de mis aguas!

 

¡Id vosotros a mi viña,

Redimid la vida recibida

Y salid del pozo de esa holganza!

¡Dejad el ocio placentero que os mata

Que la vida está en la acción

Y en el trabajo se edifica nuestra casa!

 

¿Qué hacéis desocupados todo el día?

Si la indigencia mata

De la vida las ilusiones

Y nos hacen vegetales del tiempo.

Ponte en acción y tendrás el cielo

Y que es mi justicia tu salario

Y mi viña tu campo.

Ve a ella porque soy yo su dueño

Quien te mando.

 

¿Qué haces en mi viña todo el día sin trabajo?

No me seas un hijo de vergüenza,

Que te duermas en el tiempo que te he dado

Que no se derrumbe tu casa

Por la flojedad de tus manos,

Que esta mi viña esperando

De la fuerza de tus manos

 

¡Id vosotros a mi viña,

Que sois por mi contratados!

Y al final de la jornada recibiréis lo acordado.

Que soy patrón justo y bueno

Y que doy lo que prometo a todos mis buenos obreros

¡Id por tanto a mi viña y no matéis mis tiempos!

 

MANUEL SALVADOR

Publicado en boletín Interior “Testimonio” nº 255

Los talentos - Mateo 25:14-15 - Manuel Salvador

Mayordomo de tus gracias

Quiero ser solo Señor,

Mayordomo de tus gracias

Para servirte mejor.

Te marchaste de viaje

Y muy pronto volverás,

Y me pides que te sirva

Con los dones que me das,

Que haga buena inversión

Para tu casa cuidar

Que no menosprecie el talento

Y lo ponga a trabajar.

 

Mayordomo de tus gracias

Quiero ser solo Señor

Cuidando siempre tu viña

Con todo celo y amor.

Y que buen siervo y fiel creyente

De tus labios oiga yo.

¡Oh, Señor de los talentos,

Que siervo solo sea yo,

Que viva siempre guardando

Tus almas salvas, Señor!

Mayordomo de tus mieses

Trabajando a pleno sol

Cuidando de esos granitos

De trigos del Salvador,

¡Que yo valore tus dones,

Sean muchos o pocos, Señor,

Por que donde no siembras

Recoges y siegas

Donde el trigo no cayó!

 

Mayordomo de tus campos,

De tus talentos administrador

Que pusiste en mis manos

Para servirte, Señor.

Que yo espere tu regreso

Haciendo buena inversión

Y entregarte cuando vengas

Los frutos de mi sudor.

Y la mayor recompensa

Que de ti quiero escuchar,

Que yo sea aprobado

Como buen siervo y leal.

MANUEL SALVADOR.

Publicado en boletín Interior “Testimonio” nº 260

Angeles y profetas - 1º Pedro 1:10-12 - Manuel Salvador

De las gIorias del Mesías,

Aquellos santos varones,

Anunciaban del misterio que el cielo revelaría,

De aquellos siglos y siglos, de aquella gloria escondida,

Se anunció a los mortales que a la tierra descendía

Humillándose a lo sumo conforme a las profecías.

 

 

Aquel niño del pesebre que la tierra recibía,

Era pequeña semilla que todo lo llenaría,

Ángeles anunciaron con gran gozo y alegría,

De Dios buena voluntad a la humanidad perdida.

 

 

Sobre el pesebre la luz,

La sombra sobre María,

Calladamente medita en las cosas recibidas,

Sabe que Aquel que en su seno de carne se revestía,

Es bendito Hijo eterno que para la cruz nacía,

Y aquel corderito manso que en la cunita dormía,

Emanuel Dios con vosotros que a redimirnos venía.

 

 

Duerme pequeño lucero,

Siendo tu la Estrella guía entre las bestias pastando,

Maná Divino caía,

Duerme al calor de pañales, de aquella virgen judía,

Rodeada de la gracia siendo por Dios escogida,

Todos pueden acercarse al niño en la noche fría.

 

  

Callad, callad, que pase la noche

Dejad que ya viene el día

Que la luz de la mañana ya nos trae la alegría

Dejad que pase la noche,

Que la cruz ya esta vacía,

Que la muerte la ha cambiado

Para siempre en alegría.

 

Manuel Salvador Chacón

Navidad 1999

Publicado en boletin Interior “Testimonio” nº 263

 

Dad y se os dará - Lucas 6:38 - Manuel Salvador

Dad y se os dará

Es la santa vocación

Que de la gracia nos vino.

Dad y se os dará,

Es la llamada del cielo

Para los hombres perdidos.

Porque Dios se dio primero

Haciéndose nuestro amigo.

 

Dad y se os dará

Es tu consigna Señor.

Dad y se os dará,

Porque es mas rico

El mas pobre

Que se entrega a los demás

Muriendo por sus amigos.

 

Dad y se os dará

Es el mandato divino

Que trae felicidad,

Porque dando se recibe el bien

Que a otros le da.

Dad y se os dará

Si queréis ser bendecidos.

 

Dad y se os dará

Es el mensaje del cielo

Que debemos imitar.

Dad y se os dará

Porque haciendo de esta forma

Así tu paz nacerá

Como un pájaro en su nido.

 

Dad y se os dará

Porque todo el que regala

Lo que da lo retendrá

En los tesoros eternos,

Que por los siglos durará

Donde polilla no comen

Ni ladrones robaran.

 

Dad y se os dará

No buscando recompensas

Ni aplausos de los demás,

Que el amor solo se goza

No cobrando lo que da

Ni buscando los aplausos

Del mundo en su vanidad.

 

Dad y se os dará

Es la consigna divina

Que del cielo nos llegó

De aquel que siendo el mas rico

De pobreza se vistió,

Y mostrando de esta forma

El camino del amor.

 

Dad y se os dará

Es el camino mejor

Y el que anda en esta senda

Así la vida encontró

Y entregándose así mismo

Así mismo se encontró.

 

MANUEL SALVADOR.

Publicado en boletin Interior “Testimonio” nº 265

 

Solo la Palabra - Manuel Salvador
Eternidad es tu nombre
Y para siempre serás,
Toda eres suficiente
Para de vida saciar,
Antes que el tiempo fuese
Y después del tiempo serás,
Tu ya eras la Palabra,
Y Biblia y Humanidad.
 
Solamente la Palabra
De Ella la luz salió
Y a la voz de su sonido
El caos se transformó,
Y donde había tinieblas
La vida se iluminó,
Y por ella todos fuimos
Creados por el amor.
 
Solo la Palabra era,
¡Oh, Biblia y Dios,
Verbo y Amor,
Palabra solamente,
Espíritu creador
De la que todo salió,
Eternamente y por siempre,
Para el hombre salvación!
¡Oh, Palabra divina,
Fuego purificador!
 
Solamente la Palabra
De Dios su revelación
Para guiar a los hombres
Hasta su trono de amor
Y devolverles la vida
Que el pecado les robó.
Biblia y cielo, Verbo Dios,
Humanidad y Libro,
La Palabra se encarnó,
Hombre y Amor.

MANUEL SALVADOR.

Marzo 2000—Día de la Biblia

Publicado en boletin Interior “Testimonio” nº 268

A la esperanza - Manuel Salvador

En el barco de mi fe

Oh, divina pasajera

Hacia la eternal mansión

Navegamos, compañera.

 

Se tu para mi alma

El ancla mia,

No te quedes varada

Gloria mia.

 

Mira por las ventanas de lo invisible

Alli te esperan para recibirte,

No te dejes engañar por las quimeras

De estos cantos vacios

Y de estas cosas primeras.

 

En el barco de mi fe

Oh, divina pasajera

Hacia la eternal mansión

Navegamos compañera.

 

No sientas vergüenza

De la debida espera,

Aguarda la mañana

Cual centinela.

Corre con paciencia,

Esperanza mia,

Corre hacia la aurora

Del alma mia.

 

Eres esperanza viva,

Fuente de inmortalidad,

Lo que yo vivo esperando,

Que viene y no tardará.

 

En el barco de mi fe

Oh, divina pasajera

Hacia la eternal mansión

Navegamos compañera.

 

Espera esperanza mia,

Espera, espera, toma mi mano

Soy la fe de tu compañera.

 

MANUEL SALVADOR

Publicado en boletin Interior “Testimonio” nº 270

Las siete palabras del calvario - Manuel Salvador

Siete las palabras son

Siete los colores del Sol

Son el número perfecto

De aquella predicación

Y siete son los fundamentos

De nuestra gran salvación.

Siete fueron las palabras

Del Divino Redentor

Que de sus labios brotaron

Desde la cruz del dolor.

 

Nadie me quita la vida

Porque la vida soy yo

Y la pongo por vosotros

Como muestra de mi amor,

Y en la primera palabra

Os predico mi perdón,

Porque que se que en ignorancia

Rompéis mis cuerdas de amor

Y por esto al Padre Santo

Por vosotros ruego yo

¡Oh, púlpito del calvario,

Eco de perdón y amor!

Es la primera palabra

Que nos da la perfección.

 

Yo he descendido de arriba

Y a lo alto subo yo,

Para daros hoy mismo mi paraíso de amor,

Aquel edén fue perdido

Y en el cielo se ocultó,

Y ahora desde mi calvario

Al perdido llevo yo,

Si arrepentido me clamas

como Señor y Salvador,

Hoy mismo estarás conmigo,

En el paraíso de Dios

 

Yo soy el agua de vida

De los mares creador,

Y todas las fuentes del mundo

Para el hombre puse yo,

Ahora muero sediento,

Sed tengo de amor,

Que son mis cisternas rotas,

Aguas para el pecador,

Que de mi sed ha brotado

Pozo de la salvación.

 

¡Consumado es…!

Resuena la potente voz,

Misterio de la edades

El velo se desgarró,

El camino queda abierto

De la gran liberación,

De aquella divina simiente

Que al pecado destruyó

¡Ahora es el gran jubileo,

Ahora, “Buenas Nuevas” son!

¡Ahora el divino cordero

consumó la salvación.

 

El cielo al fin queda abierto,

Jesús la muerte gustó,

Abriéndonos el camino

hacia la casa de Dios.

En las manos del buen padre

Su espíritu encomendó.

Siete fueron las palabras

De la nueva creación,

Que del calvario salieron,

Siete nombres del amor,

Colores del arco iris

De luz y perfección,

Siete, que bellas son.

MANUEL SALVADOR

Abril 2000

Golpe a golpe - Mateo 26:67-68 - Manuel Salvador

¡Golpe a golpe,

Cae el martillo que la carne rompe!

Puntas afiladas que abren sus fuentes,

Golpe a golpe de perros rabiosos,

Que piden su muerte,

Y calla el cordero inocente.

Es la roca que de dolor se rompe,

Que envuelve de sombras el día de noche,

Cubren de esperanza de espanto sin nombre,

Que matan con odio al Dios hecho hombre.

 

¡Golpes que rompen sus manos,

Golpes que rompen sus pies,

Lanza que rompe el costado,

Hiel que le dan en su sed,

Miran al que han traspasado,

No hay quien lamente por el,

Apura el solo la copa,

Abraza su cuerpo la sed,

El cielo se cierra a su grito,

La mirra y el vino le dan a beber,

Cerrando sus labios no toma,

Es cáliz de muerte que sólo lo debe beber!

 

¡Golpe que rompe su frente…!

Corona de espinas a su sien,

Es rey de reyes soberano,

Que el hombre no quiere tener,

¡Que muera! Grita el populacho,

Al Cesar queremos tener…

Golpe a golpe,

Pecado a pecado,

Los clavos volverle a poner,

Dejarlo por siempre clavado,

No queriendo el Reino de El.

 

¡Monte de la muerte 

Que desnudas la vida del Santo Inocente,

Que entra en tu imperio,

El será tu muerte,

Golpe a golpe, herida su frente,

Sus pies son clavados 

Y puntas de lanzas rompen su costado…!

Un grito que el día convierte en la noche,

El Sol se ha escondido,

Se juegan los soldados sus ropas a suertes,

Ignoran su guerra que en la cruz

 Se tiene entre la vida y la muerte.

 

Golpe a golpe, martillo romano,

Que son las tinieblas de muerte en sus manos…

Altar ofrecido por hombres malvados,

Gritan que se mate al Dios Soberano,

¡Monte de la Calavera,

Que al matar la vida,

Sin vida te quedas!

Golpe a golpe, que a la Roca quiebras,

Y se abren los ríos que a la tierra riegan,

Que la sed del que muere

nos da la primavera.

MANUEL SALVADOR

Abril 2000

La corriente de las aguas - Manuel Salvador

El sonido de las aguas

Que el río lleva,

Escuchan las oraciones

De aquella hoguera,

Y el cantar de las aves mañaneras,

Aguas que oraciones llevan,

En su música de espumas

A otras riberas,

Aguas de músicas

Que el río lleva, que el río lleva…..

 

Al clarear la mañana

Suben las llamas entre gemidos,

Aves cantando sus dulces trinos,

Enmudece el aire

Y quietas están las ramas

De aquellos pinos y olores de jaras.

Entre oraciones de lino fino,

Que abrazados en la hoguera

Se funde lo humano y lo divino

 

Hogueras de mis recuerdos,

De aquel bosque que llevo dentro,

Candela de tierra y luz del cielo,

Música del río,

Tenores de alas callando al viento,

Árboles callados haciendo templos,

Y oraciones de fuego subiendo al cielo,

Ángeles que bajan subiendo luego,

Llevando en sus copas

Oraciones que son incienso.

 

El sonido de las aguas que el río lleva,

Nacido en la montaña de Grazalema,

Llevó entre sus aguas

Aquellas oraciones de aquella hoguera,

Calentando sus aguas de primavera,

Música de espumas sus aguas

Lleva a la ciudad divina de otra rivera.

¡Ay río que mis aguas llevas,

Que mis aguas llevas!

 

MANUEL SALVADOR

El Bosque (Cádiz) Abril 2000

Sentada en su silla - Manuel Salvador

En su sillita de nea

Sentada está la vieja,

Sus ojos cerrados, pero no duerme,

Mira la rueda del tiempo pasado.

Todo es silencio que gira en su libro cerrado.

Sueña en momentos felices

Que el tiempo ha parado.

Ilusiones y sueños que el viento ha soplado.

Esta en su silla con ojos cerrados,

Y mientras su vida en recuerdos pasando,

De aquellos amores de hijos lejanos,

De sueños hermosos y proyectos pasados,

Girando la rueda y el viento

En sus vueltas la vida borrando,

¡Parece que duerme la vieja pero solo está soñando!

 

Se mece en la silla la vieja pensando,

Espera que algunos de aquellos amores

Vengan a su con amor llamando,

Aquellos sus hijos por los que su alma

Sin cesar clamando,

¡No duerme la vieja solo está soñando

Que vuelvan sus hijos hasta su regazo!

Se mece en la silla del tiempo pasando,

Que al quedar vacía en la misma silla

Sus hijos un día estarán sentados,

En su sillita de nea está la vieja

Guardándote el sitio del tiempo

En tu rueda girando.

 

En la sillita de nea ya no está la vieja,

Su toquita negra quieta en la rueda,

Ya no tiene frío, ya tampoco sueña,

Aquellos amores ya no la recuerdan,

Solo unos suspiros que el aire se lleva,

De unos quejidos cargados de quejas,

Entre nubes de sueño se marchó la vieja,

Y solo en el cuarto aquella silla vieja,

Esperando a los hijos sentados a sus ruedas.

¡Ay, aquella silla que mece

La vida de la madre vieja,

La vieja arrugada que solos nos deja!

 

¡Que solo está el cuarto,

Ya no está la vieja!

Y en aquella silla el hijo se sienta,

Solo en la pared la silla contempla,

Desde aquella foto con ojos de piedra,

Serena su imagen de sonrisa bella,

De negro amarillo de la foto cuelga,

La silla vacía y el hijo se sienta,

Girando y durmiendo igual que la vieja.

¿Parará alguna vez el giro de la rueda?

Y el niño al padre pregunta,

¡Papá! ¿dónde fue la abuela?

Y el padre le dice

Hijo, sentada en la silla sueña.

Dedicada a las madres ancianas de la Tierra.

MANUEL SALVADOR

Publicado en boletín Interior “Testimonio” nº 274

¡Sube ... oh pozo! - Numeros 21:17 - Manuel Salvador

¡Oh Dios, playas de aguas dulces,

Fuentes profundas de lo alto,

Eternos ríos de lo bajo,

Pozos y oasis de descanso!

Venero de mares escondidos

En ocultos abismos del alma,

Ríos de arriba, pozos de abajo,

Tierras y cielos abrazados,

Sedientos corazones encontrados.

Dios, infinito hombre

Cántaro de barro vaciado,

Arcilla sedienta por el agua

De tus abismos clamando,

¡Sube, oh pozo, de tu profundo venero

A mis desiertos regando,

Playas eternas por mi alma clamando!

¡Oh Dios, mares de primaveras eternas,

Que suban tus aguas a mi huerto regando,

Que sean tus fuentes mis ansias calmando!

¡Dios, aguas de arriba, aguas de abajo,

Lluvias de vida en Cristo brotando,

Oasis de cielo en la tierra plantado!

¡Oh, sube… Sube pozos de abajo,

Ven… Pozos de arriba,

Que broten tus aguas,

Que inunden mi barro,

Que sea yo fuente de arriba y abajo!

¡Oh, Dios he bebido en tus aguas,

Ya he sido saciado…!

MANUEL SALVADOR

Verano de 2000

Publicado en boletín Interior “Testimonio” nº 277

La pereza y la diligencia - Manuel Salvador

Es la pereza moneda que empobrece a quien la tiene,

Siempre esta deseando y nunca puede alcanzar,

Pasa su vida cantando la canción del holgazán.

Creyéndose así mas sabio se burla de los demás,

Quiere tener muchas cosas a costa de los demás,

Y ni aun le quedan fuerzas

Para tomar su cuchara y hasta su boca llevar,

¡Qué pobre es el perezoso

Cuán grande su necedad

Porque matando su tiempo

Se quedó sin heredad!

 

El alma del diligente siempre será prosperada

Y con riquezas eternas su obra recompensada.

Es un alma que no se para a pensar

Si es verano o es invierno,

Sale al campo a trabajar

No rehúsa en los esfuerzos ni repara en los demás

Quiere acabar su tarea, sabe que el día se irá

Y cuando venga la noche

Al fin podrá descansar,

Y en las mansiones eternas

Su tesoro disfrutar.

MANUEL SALVADOR.

Publicado en boletin Interior “Testimonio” nº 279

A orillas del alma - Manuel Salvador

Inmenso mar alma eres,

Profundo mundo dentro de mi barro,

Soplo de viento eterno,

Orillas del pensamiento,

Ríos y fuentes de mis adentros,

Riveras y valles de sueños,

Música, poesías, regiones de luces,

Que son mis dueños

Aliento divino eres

Que me empujas por este mar de la vida.

Alma descansa en tu orilla

Eternidad eres

No te canses de remar mar adentro,

A orillas del alma que llevo dentro.

 

Azules aguas de mi mar,

Alma eres, claro cielo,

Que se juntan sus extremos,

Inquieta siempre explorando

En las vastas estepas de tu espacio,

Buscando tu mundo del que vienes,

¡Alma quédate quieta

En la orilla del que eres!

Avanza a los horizontes del que vienes

Alma espera salir

Del pequeño lugar que te retiene,

Solázate desde la arena

Mirando la eternidad de la que eres.

 

A orillas del alma gime y suspira,

Por el valle feliz donde está la vida.

A orillas del alma viven mis sueños,

De la imagen divina de la que vengo.

A orillas del alma yo vivo preso

Hasta pasar la noche y llegar al cielo.

A orillas del alma vivo y espero,

Vivo y espero extendiendo mis velas,

Al que es mi dueño.

A orillas del alma vuelan mis sueños,

Cruzando los mares de espacio y tiempo.

MANUEL SALVADOR.

Publicado en boletín Interior “Testimonio” nº 280

El cántaro junto a la fuente - Eclesiastés 12:6 - Manuel Salvador

De tanto ir a la fuente

Mi cántaro se rompió

Y el agua que contenía,

En la tierra se vertió

De tanto ir a la fuente

Mi paloma se escapó

Dejando el barro vacío,

A lo eterno se elevó.

 

La cadenita de plata

Que a mi arcilla sostenía

El alfarero divino

Desde lo alto rompía,

Dejando el barro en el barro,

Y escapando el contenido

Que mi cántaro tenia.

 

De tanto ir a la fuente

Ya se agotaron mis días

Quebrado junto a las aguas

Quedó la vasija vacía

Para beber de otro pozo

En el río de la vida

De tanto ir a la fuente

Mi cántaro se rompió

Y el alma que contenía

Volvió a quien se la dio.

 

Y de la casa de barro

Pasó al país del Sol

Do las calles brillan de oro

Y en el cielo una canción.

Dando la bienvenida

al que del polvo escapó.

 

De tanto ir a la fuente

Mi cántaro se rompió

Y en alas de vida eterna

Llegó a su creador

Noviembre 2000

MANUEL SALVADOR

Publicado en boletín Interior “Testimonio” nº 282

Son como un sueño - Eclesiastés 12:6 - Manuel Salvador

De tanto ir a la fuente

Mi cántaro se rompió

Y el agua que contenía,

En la tierra se vertió

De tanto ir a la fuente

Mi paloma se escapó

Dejando el barro vacío,

A lo eterno se elevó.

La cadenita de plata

Que a mi arcilla sostenía

El alfarero divino

Desde lo alto rompía,

Dejando el barro en el barro,

Y escapando el contenido

Que mi cántaro tenia.

De tanto ir a la fuente

Ya se agotaron mis días

Quebrado junto a las aguas

Quedó la vasija vacía

Para beber de otro pozo

En el río de la vida

De tanto ir a la fuente

Mi cántaro se rompió

Y el alma que contenía

Volvió a quien se la dio.

Y de la casa de barro

Pasó al país del Sol

Do las calles brillan de oro

Y en el cielo una canción.

Dando la bienvenida

al que del polvo escapó.

De tanto ir a la fuente

Mi cántaro se rompió

Y en alas de vida eterna

Llegó a su creador

Noviembre 2000

MANUEL SALVADOR

Publicado en boletín Interior “Testimonio” nº 282

¡Gemidos eternos! - Manuel Salvador

Al viento escuché decir

Que Dios estaba gimiendo

Y que en suspiros de almas

Desde los tiempos eternos

Su corazón dolorido

por el hombre esta sufriendo,

Al viento escuche decir

que es muy triste su lamento.

 

Invisible mensajero

que vienes de sus adentros

Para decirme que escuche

El suspirar de su pecho,

Que fui yo el primer gemido

Cuando sus manos me hicieron,

¡Oh gemidos de mi dueño!

 

Paloma de lo infinito

Que de su gracia voló

Y cruzando los espacios

A mi barro descendió,

Para unirse a mis gemidos

Compartiendo mi dolor

Y desgarrando su cuerpo

Desde el madero clamó.

 

Al viento escuché decir,

Que Dios estaba llorando

Y que el agua de sus ojos

Es llanto de nuestro llanto,

Que el gemir de nuestra fuente

De su pecho está brotando,

De aquel eco de los siglos

Que a mi cruz vive abrazado

 

Al viento escuché decir

Lo que la noche cubrió

Cuando aquel gemido eterno

Salió de su corazón,

Y junto a mi sepultura

Al verme muerto lloró,

Al viento escuché decir,

Es gemido del amor,

Que el amor no es otra cosa,

Que llanto del corazón.

 

MANUEL SALVADOR

Publicado en boletín Interior “Testimonio” nº 298

El Señor lo necesita - Lucas 19:30-34 - Manuel Salvador

¡Pobre burrito,

Lejos estabas de pensar

Que al romperse tu atadura,

En tus lomos llevarías

Al Príncipe de la Paz,

Aquel bendito David que traía libertad!

 

¡Pobre burrito,

Que grande tu dignidad,

Que el Señor del universo,

De ti tuviera necesidad,

Y sentado sobre tus lomos

Su salvación proclamar!

 

¡Pobre burrito,

Atado al pesebre ajeno al servicio

Que iba a prestar al rey de los reyes!

¡Rompió tu atadura

Para que le sirvieras de cabalgadura,

Felices burritos,

Aquellos creyentes que al ser desatados

Le llevan sobre sus lomos a toda la gente!

 

¡Pobre burrito,

Ajeno tu estabas de estar en su mente,

Que el te mirara,

Y de tus servicios te necesitara,

Y hacerte heraldo de cosas celestes …

Burritos del alma sed inteligentes!

 

MANUEL SALVADOR

 Publicado en boletín Interior “Testimonio” nº 299

Mis dias - Salmo 39:4 - Manuel Salvador

No te pares, mi reloj,

No dejes tu sonar

Recordándome el valor

Que me trae tu tic-tac.

Cada segundo que pasa

Me acercas al tiempo final.

 

No te pares mi reloj,

No me dejes de contar

Que los días de mi vida

Como la niebla se van.

Sigue contando mis horas

Con tu rápido tic-tac.

 

No te pares mi reloj,

Que es tu misión nada mas.

Recordándome en tu marcha

Que como vienes te vas.

Que mi tiempo son segundos,

Y que debo recordar,

Que soy viajero en el mundo,

Estación de vanidad.

 

No te pares mi reloj,

No me dejes de avisar,

Que viene el tren de la noche

Y hacia lo eterno volar.

 

No te pares mi reloj,

Enséñame a caminar,

Escuchando tus avisos

En tu discreto tic-tac,

Para que esté preparado

A tu campana final.

 

Relojero de mi tiempo,

Enséñame en tu tic-tac,

Que está en tus manos mis días

De aquí a tu eternidad.

¡Mi Divino Relojero

En tu tiempo quiero entrar!

MANUEL SALVADOR

Enero 2002

Publicado en boletín Interior “Testimonio” nº 307

... Señalado entre diez mil - Cantares 5:10 - Manuel Salvador

¡Qué misterio es el amor…!

¡Qué riqueza, amar y ser amado!

Todo armonía y belleza para los enamorados …

No se encuentran desperfectos

En los que viven amando,

Ni existen comparaciones para poder igualar

Al ser que estamos amando.

¡Qué misterio es el amor!

¡Qué placer, amar y ser amado!

Dos corazones fundidos por el amor,

Al cielo están abrazados.

 

¡Ay amor, que me haces descubrir

Las bellezas de la vida,

Que haces realidad mis sueños mas nobles,

Que me haces oír música y componer canciones,

Que despiertas mis inviernos

A primaveras de flores,

Que me siento rey al ser dueño de tus amores…!

¡Ay amor, arroyos de aguas

donde mis ojos se bañan de tus doradas playas!,

Sol de mis amaneceres,

Luces de oro de mis noches,

Olor que embriaga mi alma,

Labios cuales fuentes de mirras fragantes,

¡Ay amor, que bello es amarte …!

 

¡Tal es mi amor … Tal es mi amigo

Entre todos los amores,

Tu eres el preferido,

Señalado entre diez mil,

Eres el mas distinguido!

Tal es mi amado, tal es mi amigo.

Sus piernas son mármol,

Su cuerpo oro fino,

Como monte nevado del Líbano,

Perfección de blancura celeste …

¡Ay amor, que no puedes con otros amores ser tu comparado!

Y cuando algunos preguntan:

¿Qué tiene mi amado mas que otros amados …?

Mi alma responde, “mi amado es, EL AMOR ,

Que por mi se ha entregado,

La fuente de donde mi amor,

Por El ha brotado …!

 

MANUEL SALVADOR.

Febrero 2002

Publicado en boletín Interior “Testimonio” nº 310

El viejo árbol - Job 14:7-9 - Manuel Salvador

Te contemplo amigo árbol,

Te estoy mirando ya sin hojas,

Desvencijado por el viento del tiempo que ha soplado,

Sembrando de arrugas tu tronco cansado,

Ya desnudo no das sombra de verano,

Y el gélido viento sopla,

Ya no quedan nidos de pájaros piando,

Ni músicas , ni cantos,

Solo crujir de raíces,

Lagrimas y quejidos de árbol arrancado,

La tierra le llama,

Su copa al cielo mirando,

Recordando la risa del niño

Por sus ramas trepando.

 

 

Amigo árbol, sentado al camino,

Te estoy mirando y contemplo

Aquel niño a tus pies jugando,

Comiendo en tus moras mis labios morados,

Gozando tus sombras de aquellos veranos,

Queridos recuerdos de aquellos años,

Hoy te miro negro y arrugado,

Árbol ayer, hoy cortado,

Ya se fue el niño,

Hoy es anciano en su mente soñando,

Aquellos días cuando era árbol,

Pensando que el tiempo estaba parado,

Y mientras soñaba,

Un viento solano,

Y un fuerte gemido del viejo y el árbol,

Fundiéndose ambos,

Presente y pasado.

 

MANUEL SALVADOR.

Publicado en boletín Interior “Testimonio” nº 315

Madre, es su nombre - Génesis 3:20 - Manuel Salvador

Madre, cuna de la vida,

Pequeño mar de aguas oscuras,

Burbuja escondida,

De mi primer latido,

Ya entonces escuché tu primer gemido.

Yo era semilla en tu tierra oculta,

Y allí el amor tenia nombre … ¡Madre!

 

Madre, tierra escogida,

Tubo de viviente espiga,

Misterio dando forma a la vida,

Fuente de tu vientre escogida,

¡Madre, laboratorio divino

Dando forma en tu seno al barro,

Cuerpo y alma,

Sello de lo eterno,

Dios y madre, tierra y cielo,

Amor y llanto creando,

Universos misteriosos

De tus entrañas brotando!

 

¡Madre, bello nombre,

Por el hombre pronunciado,

Nombre primero que al nacer tomamos,

Nombre que al partir de la tierra

En nuestros labios llevamos!

¡Madre, jardín de la vida

Donde fui creado!

 

MANUEL SALVADOR.

Publicado en boletín Interior “Testimonio” nº 316

La mirada de mi madre - Manuel Salvador

Madre, es tu mirada

Cielo sereno que me calma,

Sol radiante que enciende mi llama,

Lago tranquilo que mece mi alma,

Paz que me abriga,

Entre blancas sábanas.

 

 

Madre, es tu mirada

Valle florido donde estoy dormido,

Prados de flores donde estoy tranquilo.

Es tu mirada sobre el nido,

Donde está tu niño.

 

 

Madre, es tu mirada

Mi cielo escondido,

Siempre en mis ojos,

Aunque te hayas ido.

Es tu mirada que me hizo hijo,

Que me hizo amor

Y descubrir de la luz sus coloridos.

 

 

Madre, es tu mirada

Mal de amor en calma,

Alas de risas blancas,

Prados de gozos para mi alma.

Es tu mirada noche estrellada,

Nubes y risas en mis mañanas,

Madre, ¡Qué bellas son tus miradas!

 

MANUEL SALVADOR

Fiesta de la madre, Mayo 2002

Publicado en boletín Interior “Testimonio” nº 316

OTROS AUTORES

OTROS AUTORES

Poesias recopiladas de autores conocidos o desconocidos o de la iglesia.

Necesito una imagen - Gabriela Mistral

¡De qué quiere Usted la imagen? Preguntó el imaginero:
Tenemos santos de pino,
Hay imágenes de yeso,
Mire este Cristo yacente,
Madera de puro cedro,
Depende de quién la encarga,
Una familia o un templo,
O si el único objetivo
Es ponerla en un museo.

Déjeme, pues, que le explique,
Lo que de verdad deseo.

Yo necesito una imagen
De Jesús El Galileo,
Que refleje su fracaso
Intentando un mundo nuevo,
Que conmueva las conciencias
Y cambie los pensamientos,
Yo no la quiero encerrada
En iglesias y conventos.

Ni en casa de una familia
Para presidir sus rezos,
No es para llevarla en andas
Cargada por costaleros,
Yo quiero una imagen viva
De un Jesús Hombre sufriendo,
Que ilumine a quien la mire
El corazón y el cerebro.

Que den ganas de bajarlo
De su cruz y del tormento,
Y quien contemple esa imagen
No quede mirando un muerto,
Ni que con ojos de artista
Sólo contemple un objeto,
Ante el que exclame admirado
¡Qué torturado mas bello!.

Perdóneme si le digo,
Responde el imaginero,
Que aquí no hallará seguro
La imagen del Nazareno.

Vaya a buscarla en las calles
Entre las gentes sin techo,
En hospicios y hospitales
Donde haya gente muriendo
En los centros de acogida
En que abandonan a viejos,
En el pueblo marginado,
Entre los niños hambrientos,
En mujeres maltratadas,
En personas sin empleo.

Pero la imagen de Cristo
No la busque en los museos,
No la busque en las estatuas,
En los altares y templos.

Ni siga en las procesiones
Los pasos del Nazareno,
No la busque de madera,
De bronce de piedra o yeso,
¡mejor busque entre los pobres
Su imagen de carne y hueso ¡

Gabriela Mistral, Premio Nobel de Literatura 1945

No me mueve Señor - Santa Teresa de Jesús
No me mueve mi Dios, para quererte,
El cielo que me tienes prometido,
Ni me mueve el infierno tan temido
Para dejar por esto de ofenderte.
Tú me mueves Señor, muéveme el verte,
Clavado en esa cruz y escarnecido,
Muéveme el ver tu cuerpo tan herido,
Muéveme tus afrentas y tu muerte.
Muéveme en fin tu amor y en tal manera
Que aunque no hubiera cielo yo te amara
Y aunque no hubiera infierno, te temiera.
No me tienes que dar porque te quiera,
Pues aunque lo que espero no esperara,
Lo mismo que te quiero, te quisiera.
Santa Teresa de Jesús
Un clamor - Pedro Armario
 
Tu llegaste a mi después de un clamor
Grande era mi angustia
Terrible dolor
Agarrándome a todo
Aun mayor era mi desesperación.

 

En mi alma soledad
En mi mente confusión
En mi corazón un pesar
Tristeza y dolor.

 

¡Salió de mi alma un grito!
¡Salió un clamor!
A ese Dios invisible
Del cual ignoraba yo.

 

 

¡Que Dios mas grande!
¡Que ciego estaba yo!
¡Cuanta misericordia!
¡Cuanto amor!

 

¡Bendito sea El siempre
Porque en su misericordia
De mi se acordó!

 

PEDRO ARMARIO.
Miembro Iglesia de Cristo en Sevilla
Publicado en boletin Interior “Testimonio” nº 244

 

Mañana le abriremos - Lope de Vega

¿Qué tengo yo que mi amistad procuras?
¿Que interés te sigue, Jesús mío,
que a mi puerta, cubierto de rocío,
pasas las noches del invierno a oscuras?

 

¡Oh, cuanto fueron mis entrañas duras,
pues no te abrí! Que extraño desvarío,
si de mi ingratitud el hielo frío
secó las llagas de tus plantas puras!

 

Cuantas veces el ángel me decía:
Alma, asómate ahora a la ventana,
Verás con cuanto amor llamara porfía!

 

Y cuántas, hermosura soberana:
– Mañana le abriremos – respondía,
para lo mismo responder mañana

Lope de Vega

Señor, ven a mi puerta - Autor Desconocido

Ven a tocar mi puerta Jesús Divino,
antes que el sueño de la muerte venga,
y me cubra de frío y de silencio…

 

Cierto es, que a veces, en forma de un anciano
solo y triste llegaste hasta mi puerta,
y al verte ahí
Apoyando la mano en tu cayado;
con polvo del camino y tan cansado
¡No te abrí!

 

A veces eras niño con hambre y mucho frío
y ni un trocito de pan, menos de cariño
¡No tuve para ti!

 

Y aquella otra ocasión, un pobre enfermo
reflejaba el dolor en su semblante;
y tocando con mano vacilante,
una limosna por amor rogaba.


Esta vez al abrir, sentí de pronto,
el horror que aquel hombre me causaba,
las llagas de su cuerpo supuraban;
y al pensar que su mal me contagiara;
¡Cerré la puerta, de golpe y en su cara!

 

En forma de un mendigo o de un lisiado
¡Cuantas veces SEÑOR habrás tocado!
y yo me he hecho sordo a tu llamado.
Buscaste caridad donde no habia,
un poco de calor y no lo hallabas;
solo hubo mezquindad y en mi osadía,
negaba todo a aquel que me lo daba.

 

Si al corazón contrito y humillado,
por tu inmensa bondad has perdonado,
¡Perdóname SEÑOR, ven a mi puerta!
Hay tanta soledad y esta desierta.

Autor Desconocido

¡Pasó la cosecha! - Autor Desconocido

Era primavera, la mañana hermosa
llena de perfumes, de trinos, de sol,
se infiltró alegre y gozosamente
dentro de los pliegues de mi corazón.

 

El Maestro vino, me hablo quedamente:
¿No irás a los campos como sembrador?
Pero la mañana me llenaba el alma
y dije: Maestro déjame quedar.

 

… y llego el verano, y el primer rocío,
que cayó abundante sobre la amplia mies,
y puso en el aire su hálito sedante,
con mano piadosa refrescó mi sien.

 

El Maestro vino, me habló suavemente:
¿Mis semillas tiernas, no irás a cuidar?
Más dije: Maestro déjame quedar,
cuando el otoño apague sus luces
correré a tus campos y podré segar.

 

… y llego el invierno, todo estaba blanco,
hacía mucho frío, no brillaba el sol,
la nieve y el hielo lo cubrían todo,
y hasta se acercaron a mi corazón.

 

Entonces, voluntariamente me ofrecí al Maestro,
todos mis esfuerzos, todos mis anhelos,
todo don precioso que habitaba en mi,
más El, movió la cabeza, y me dijo triste
con su suave voz:
“Pasó la cosecha, solo hay un poco
de trigo que no se juntó, más fué
tu torpeza la que lo dejó,
el placer del año pasaste afanoso,
cuando yo llamaba no oíste mi voz
y hoy, ¿Para que te sirve tu remordimiento?
… ¿Qué será del trigo que no se junto?…”

Autor Desconocido

"Como no he de adorarte" - Autor Desconocido

¿Cómo no he de adorarte, Jesús mío,
si eres el suave manto de rocío
que ha revivido mis raíces secas?

 

¿Cómo no he de adorarte si tu truecas
en esperanza ardiente mi hondo hastío?

 

¿Quién como tú Jesús? que das al río
cauce y corriente que jamás se agota
y que haces estallar la estéril roca
en fresco manantial para el estío.

 

Ya mi vaso jamas veré vacío
ni seré más un triste abandonado,
no sentiré la herida del pecado
ni del traidor mordaz el desafío.

 

La misma soledad de ningún modo,
torna mi vida triste y desolada,
porque si ayer sin Tí, no tuve nada,
hoy contigo Jesús, lo tengo todo.

 

Es tan bello Señor, estar contigo
y tiene tu verdad tan dulce acento,
que sin poder decirte lo que siento,
arder yo siento en mi lo que te digo.

 

En la cumbre estelar de lo que ansío,
Tu eres la luz polar que solo veo,
Eres mi fé, en Tí solo yo creo
y es solo tu poder, mi poderío.

 

Más si al fin de mi senda, Jesús mío
nubló mi ser la sombra de la muerte
de nada temeré porque confío
que en la aurora estelar habré de verte.

 

Autor Desconocido

Grandeza Sublime - Autor Desconocido

Señor, en el poema sublime de los cielos,
absorto yo contemplo las obras de tus manos,
las selvas majestuosas, las aves en sus vuelos
me dicen que tu moras en el profundo arcano.

 

No obstante las auroras me cuentan de tu gloria,
la brisa fresca y pura me enseña tu existencia,
la dulce primavera me canta tu victoria
y el trueno pavoroso tu grande omnipotencia.

 

El aire que respiro me dice a cada instante,
que tu diste la vida a todas las criaturas,
y tu las alimentas con tu cuidado amante
porque tu mano es fuente de pródigas harturas.

 

Yo se que tu formaste los cielos y la tierra,
que de la nada, todo trajiste a la existencia,
que Tu palabra eterna la gran verdad encierra
y en ella se revela la gloria de tu ciencia.

 

Yo se también Dios mío, que tu eres fuente eterna
de amor y de esperanza y de feliz consuelo
que al pecador acoges con mano dulce y tierna
y luego lo conduces a la mansión del cielo.

 

Señor cuando en mis horas amargas de quebranto,
me veas vacilante andando por la vida,
conforta tu mis pasos, enjuga tu mi llanto,
mitiga los dolores agudos de mi herida.

 

Y cuando todo venga a su final ocaso,
en este mundo artero sombrío,
escóndeme del mal en tu feliz regazo
y guárdame en tu diestra, Señor, Señor, Dios mío.

Alma Necia - Pablo Hernandez (Texas)

¡Oh que densas tinieblas
invaden al alma,
al alma perdida
que no encuentra calma!

 

Está confundida,
no tiene reposo
y pronto se olvida
de su falso gozo.

 

Se envuelve en lo absurdo
se esconde en lo falso
su fruto es lo burdo
y culmina en fracaso.

 

Siempre pretende
que todo lo entiende
y confirma el camino
a su propio destino.

 

Alma necia y perversa
tan llena de orgullo
su acción es adversa
y pretende, que el mundo es suyo.

 

Esta dice, que todo
es cuestión de suerte
y se goza en el lodo
que le lleva a la muerte.

 

Afirma así misma
que una vez se vive
por eso no atisba
a lo que Dios prescribe.

 

Pablo Hernandez Febrero 8, 1998

San Antonio, Texas

La calumnia - Rubén Darío

Puede una gota de lodo
Sobre un diamante caer
Puede también de este modo
Su fulgor oscurecer.

 

Pero aunque el diamante todo
Se encuentre de fango lleno
El valor que lo hace bueno
No perderá ni un instante
Y ha de ser siempre diamante
Por mas que lo manche el cieno.

RUBEN DARIO
Publicado en boletin Interior “Testimonio” nº 247

No sentirte - Carmen Garrido González - IDC Chipiona

No sentirte Señor
Es morir por dentro.
Quedarse sin tu luz
Vivir en un tormento.


No tenerte Señor,
Es vivir con dolor el tiempo,
Vivir sin saber que hay
Un amigo eterno.

 

No hablarte Señor
Es estar en silencio
Estar siempre solo
No tener ningún consuelo.


Sentirte, tenerte, hablarte, Señor
Es sentir por dentro,
Que no soy yo quien vive,
Sino que tu en mi estas viviendo.

 

Carmen Garrido González.
Miembro Iglesia de Cristo en Chipiona(Cádiz)
Publicado en boletin Interior “Testimonio” nº 247

Anoche cuando dormía - Antonio Machado

ANOCHE CUANDO DORMÍA

SOÑE ¡BENDITA ILUSION!

QUE UN ARDIENTE SOL LUCÍA

DENTRO DE MI CORAZON.

 

ERA ARDIENTE PORQUE DABA

COLORES DE ROJO HOGAR

Y ERA SOL PORQUE ALUMBRABA

Y PORQUE HACIA LLORAR.

 

ANOCHE CUANDO DORMíA

SOÑE ¡BENDITA ILUSION!

QUE ERA DIOS LO QUE TENíA

DENTRO DE Mí CORAZON.


ANTONIO MACHADO.

La saeta - Antonio Machado

¿Quien me presta una escalera, para subir al madero, para quitarle los clavos a Jesús el Nazareno? (Saeta popular)

 

¡Oh, la saeta, el cantar

Al Cristo de los gitanos,

Siempre con sangre en las manos,

Siempre por desenclavar!

 

¡Cantar del pueblo andaluz

Que todas las primaveras

Anda pidiendo escaleras

Para subir a la cruz!

 

¡Cantar de la tierra mía,

Que echa flores

Al Jesús de la agonía,

Y es la fe mis mayores!

¡Oh, no eres tu mi cantar!

 

¡No puedo cantar, ni quiero

A ese Jesús del madero,

Sino al que anduvo en la mar!

 

ANTONIO MACHADO

Jesús nos ama - Juan 13 - Carmen Ramírez

Jesús demostró su amor

hacia todos en general

Amó a Judas “su traidor”

y a un Pedro que le negó.

Puso agua en un lebrillo

y la toalla se ciñó

y aunque Pedro se resistía

al final sus pies lavó.

Jesús humilde servidor

a los que escogió sus pies lavó

sin esperar nada a cambio

así demostró su amor.

Ellos no podían entender

lo que hacía su Maestro

pero Jesús los amaba

cada día y cada momento.

Jesús comprende nuestras dudas

como en su amor entendió a Tomás

El sabía que en su momento

Tomás llegaría a dudar

Pero a pesar de todo

Jesús los amó hasta el fin

El los había escogido

para una misión cumplir.

Carmen Ramírez

Extraido de boletín “Constancia” Nº 61

La samaritana - Carmen Ramírez

Jesús ama a las mujeres

y de esto la Biblia nos habla,

busca a las que están perdidas

y a su redil acercarlas.

 

Hubo una mujer samaritana

que al pozo de Jacob fue por agua,

allí se encontró con Jesús

y Él le pidió un poco de agua.

 

¡Oh mujer samaritana

este encuentro no esperabas!

Que Jesús el agua viva

refrescaría tu alma

 

El conocía tu pecado,

tu vida desordenada,

pero a pesar de todo

te demostró que te amaba.

 

 

Te ofrecía el agua viva

que saciaría tu alma,

limpiándote de pecados

vida nueva a ti te daba.

 

La mujer agradecida

dejó su cántara y corrió

contándole a todo el mundo

la salvación que encontró.

Carmen Ramírez

Extraido de boletín “Constancia” Nº 57

Diez leprosos - Carmen Ramírez

Cuándo Jesús caminaba

Sanando de aldea en aldea

Díez leprosos se fijaron

En Jesús de Galilea.

 

Ellos alzando su voz

Clamaban al buen Maestro

Misericordia y limpieza

Para sus podridos cuerpos.

 

Jesús que de lejos los vió

Tuvo compasión de ellos

Y mientras ellos caminaban

Fueron sanados sus cuerpos.

 

Solo de los diez, volvió uno,

Agradeciendo al Maestro

Lo que había experimentado

En su alma y en su cuerpo.

 

Jesús, quedó entristecido

Por los que no respondieron

El, los había sanado

Y no supieron agradecerlo.

 

Pensemos en nuestra vida

¡Cómo nos halló el maestro!

El nos ama con ese amor perfecto

Seamos agradecidos

Mirando siempre al Maestro.

Carmen Ramírez

Extraido de boletín “Constancia” Nº 56

Tres amigos - Carmen Ramírez

Tres amigos tenía Jesús

en la ciudad de Betania

Marta, Lázaro y María

a los cuales él amaba.

 

Un hecho allí aconteció

Que a Jesús le costó llorar

fue la muerte de su amigo

que acababan de enterrar.

 

Las hermanas entristecidas

reprochaban a Jesús.

Sus corazones doloridos

por la ausencia de Jesús.

 

Fue tan grande su amor

que el sentía por ésta familia,

¿Como hacerles comprender

que él era la vida?

 

Con voz demando y autoridad

a Lázaro llamó, ¡sal fuera!

Llamándole de la muerte

a vino vida verdadera.

 

Yo soy la resurrección y la vida

a Marta y a Marta les dijo

y demostrándoles su amor

vivo a su hermano les devolvió.

 

Carmen Ramírez

Extraido de boletín “Constancia” Nº 58  

Los obreros de la viña - Mateo 20 - Carmen Ramírez

En la viña del Señor

trabajo no ha de faltar

si tu le quieres servir

su mandato as de aceptar.

 

Obreros para su viña

El Señor necesitaba

si de verdad quieres servirle

obedece a su Palabra.

 

Jesús dice “La mies es mucha”

y los obreros son pocos,

unidos y fieles a Él

alcanzaremos a otros.

 

Ser obrero del Señor

es tu mejor recompensa

sírvele de corazón

y no te faltará cosecha.

 

Yo escuché su voz un día

y a su viña me acerqué

nunca me faltó el trabajo

y siempre le serviré.

 

Carmen Ramírez

Extraido de boletín “Constancia” Nº 60

  

Plegaria - Calderón de la Barca

¿Qué quiero mi Jesús?… Quiero quererte,

Quiero cuanto hay en mí del todo darte,

Sin tener más placer que el agradarte,

Sin tener más temor que el ofenderte.

 

Quiero olvidarlo todo y conocerte,

Quiero dejarlo todo por buscarte,

Quiero perderlo todo por hallarte,

Quiero ignorarlo todo por saberte.

 

    Quiero, amable Jesús, abismarme

    En ese dulce hueco de tu herida,

    Y en sus divinas llamas abrasarme.

 

Quiero, por fin, en Ti transfigurarme,

Morir a mí para vivir tu vida,

Perderme en Ti, Jesús, y no encontrarme.

  Calderón de la Barca  

 

Allá en un pesebre - Desconocido

Allá en el pesebre, do nace Jesús;

La cuna de paja nos vierte gran luz;

Estrellas lejanas del cielo al mirar;

Se inclinan gozosas su lumbre a prestar.

 

Pastores del campo, teniendo temor;

Cercados de luz y de gran resplandor;

Acuden a prisa buscando a Jesús,

Nacido en pesebre del mundo la luz.

 

Oh Cristo, pedimos hoy tu bendición,

Rogamos que atiendas a nuestra oración;

A todos, oh Cristo, nos muestras amor;

Nosotros te amamos también, Salvador.

 

Maestro - Juan A. Pérez Martínez

Gracias mi Dios por enviarnos tal Maestro,

Sencillo, noble, pues no hay otro igual.

Su sencillez confunde a los doctores

Que al templo venían a enseñar.

 

Nunca le vimos aprender con los rabinos,

Decían los escribas y vecinos del lugar,

Pues,  todos conocemos su familia humilde,

¿De donde viene la sabiduría tal?

 

¿Por qué te extrañas de tal erudito?

Las profecías hablan muy claro de Él,

Su sabia autoridad viene de arriba,

Por eso el hombre no lo puede comprender.

 

¿Recuerdas las palabras que Él, te dijo?

¿Las enseñanzas que te hacía considerar?

Nunca las eches en un saco roto,

Ya que en tu vida la vas a necesitar.

 

Mas yo quisiera, Señor, que tu me enseñes;

Sentado a tus pies quisiera estar,

Oyendo como late en tu costado,

Tu corazón de amor, amor sin par.

 

Y cuando aprenda tu verdad hermosa,

Ya, cuando sea sabio de verdad,

Quiero aprender. Bendito Dios tu obediencia,

Y practicar tu amor en santa humildad.

  

Juan Antonio Pérez Martínez

Camas (Sevilla)  España.

 

Señor, ven a mi puerta - Desconocido

Ven a tocar mi puerta Jesús Divino,
Antes que el sueño de la muerte venga,
Y me cubra de frío y de silencio…

 

Cierto es, que a veces, en forma de un anciano
Solo y triste llegaste hasta mi puerta,
Y al verte ahí apoyando la mano en tu cayado;
Con polvo del camino y tan cansado
¡No te abrí!

 

A veces eras niño con hambre y mucho frío
Y ni un trocito de pan, menos de cariño
¡Tuve para ti!

 

Y aquella otra ocasión, un pobre enfermo
Reflejaba el dolor en su semblante;
Y tocando con mano vacilante,
Una limosna por amor rogaba.
Esta vez al abrir, sentí de pronto,
El horror que aquel hombre me causaba,
Las llagas de su cuerpo supuraban;
Y al pensar que su mal me contagiara;
¡Cerré la puerta, de golpe y en su cara!

 

En forma de un mendigo o de un lisiado
¡Cuantas veces SEÑOR habrás tocado!
Y yo me he hecho sordo a tu llamado.
Buscaste caridad donde no habia,
Un poco de calor y no lo hallabas;
Solo hubo mezquindad y en mi osadía,
Negaba todo a aquel que me lo daba.

 

Si al corazón contrito y humillado,
por tu inmensa bondad has perdonado,
¡Perdóname SEÑOR, ven a mi puerta
Hay tanta soledad y esta desierta!

Te necesito - Anónimo

Te necesito,

por eso voy a regresar, me vuelvo a casa.

A estos años y yo aún sin rumbo fijo.

Hoy no puedo ni pensar. No se que pasa,

pues ando en un mundo irreal,

que sólo ofrece muerte.

Sólo me queda un fracaso al terminar

que me hace sentirme ausente.

Señor: Recíbeme en tus brazos yo te pido

yo ya no recibo más este vacío.

Quiero estar seguro, que tu corazón

lata muy junto al mío.

Señor Jesús: Tú que nunca mientes.

Te necesito,

por eso tengo que volver.

En tí hallo la vida y si sigo por ahí

la puedo hallar perdida.

Andando con muy malas compañías

y siendo hasta rebelde con mis padres.


Señor: Ayúdame.

Yo creo en tu promesa.

Y se que en mi camino aún hay una senda,

la quiero caminar.

Te necesito.

tú que nunca mientes.


Te necesito,

y por eso hoy quiero que tomes mi destino.

No quiero que cualquier piedra

me haga tropezar por el camino.

Yo he creído en tí

y necesito estar contigo.

¡Padre mío!.  

¿Quién cómo Tú? - Will Graham

¿Quién como Tú?

Oh, Dios infinito

Creador soberano,

Eternamente bendito.

 

Con tu palabra y soplo

Embelleciste el mundo

Adornaste los montes

Y el océano profundo.

 

Tomaste la tierra

Infundiéndole vida

Haciendo al hombre del polvo

Y Eva de su costilla.

 

El polvo, ingrato,

Se apartó de tu ley

Convirtiendo sus hijos

En enemigos del Rey.

 

Cuán grande tu gracia

Insondable tu plan

Por una virgen enviaste

El Segundo Adán.

 

La virtud de Cristo

Ahora nuestra por fe

Y sin temor esperamos

El regreso del Rey.

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