Poesias Cristianas
MANUEL SALVADOR CHACÓN
Pastor de la Iglesia de Cristo en Sevilla desde 1978 a 2003 y actualmente miembro de la iglesia junto a su mujer, hijos y nietos.
MANUEL SALVADOR CHACÓN.
(domingo 14 de marzo de 1999, Dia de la Biblia)
Manuel Salvador
Publicado en boletin Interior “Testimonio” nº 232
Maravilloso sueño,
amor del que saliste,
luz del despertar que
lleno mi paraíso.
Amor del que brotaste,
huesos de mis huesos,
que mi pecho abriste,
carne que al romper mi
carne, a mi carne unistes.
¡Ay varona, divino parto
de mi cuerpo, que amarte
a ti es amarme al mismo tiempo!
¡ Ay amor, que no tenerte
es vivir en un desierto,
que soy mitad si no te tengo,
ahora soy en ti , amor,
al fin completo!
¡ Ay bello despertar,
en este huerto, jardín del amor,
hueso de mis huesos, flor que
nació de esta arcilla pero
venida del cielo!
Tierra de mi templo
de la cual tomaste cuerpo,
amor que dos en uno somos hecho.
¡Ay jardín del amor,
que bello fue despertar
de aquel sueño, por eso amarte,
es amarme al mismo tiempo.
MANUEL SALVADOR.
Publicado en boletin Interior “Testimonio” nº 234
MANUEL SALVADOR
Publicado en boletin Interior “Testimonio” nº 237
¡Amor, luminoso rayo
que puso el orden del caos
en la negra noche!
Belleza inexplicable,
misterio que habita
en este vaso que se
quiebra y que es de barro.
Amor, palabra mágica
que hace música en esta
alma, que de ti fué suspiro,
sentimiento que no es
materia pero que la
mueve al mismo tiempo,
¡Oh amor, que triste es vivir y no tenerte,
pasar cerca de ti sin conocerte!
Nací de tí amor,
tu eres mi fuente,
fuiste la matriz la vida misma
de donde me tomaste.
¡Amor, amor, bello misterio
que me envuelves,
dulces desvelos de mis noches,
suspiros que acarician tus alas de plata,
déjame que vuele,
déjame que vaya hasta el valle
de la luz donde irradias!
Amor, eres la razón,
la causa de ser quien soy,
eres la fuerza que me mueve,
eres mi deseo mas ferviente,
mi noche y mi sol hasta tenerte,
eres mi suspiro y mis lagrimas,
mi día y mi noche, amor, amor
¡Qué triste es la vida sin tenerte!
Ayer es mañana,
pasado es presente,
amarte futuro,
vivir es tenerte,
vivir esta vida y no conocerte
es haber nacido sin existencia,
es haber vivido en la muerte.
¡Oh amor, luz que dió
sentido a esta vida,
abrázame para sentirme vivo,
Búscame y hazme tuyo,
Porque sino te encuentro
De desearte y suspirar me muero!
¡Llévame en alas eternas de amor tuyo
de donde he salido!
¡Ay amor, envuélveme en tu aliento,
y déjame tenerte,
Porque salí de ti,
y a ti quiero volverme!
¡Ámame amor porque me muero por tenerte!
Manuel Salvador
Publicado en boletín Interior “Testimonio” nº 222
¡Oh Biblia preciosa
quisiera poder cantarte
y decirte tantas cosas!
¡Fuente de luz divina
de la que procedes Tu
de donde nace la vida
y a la que me llevas Tu!
¡Lampara del peregrino,
estrella del navegante,
antorcha en la negra noche,
brújula del caminante!
¡Eres potencia celeste,
eres poder transformante,
eres libertad y paz
eres amor encarnante!
¡Oh, amiga y consejera
si de tu mano tomados
caminamos a tu lado,
de todo camino malo
viviremos liberado!
¡Felices los que descansan
en tus riberas de amor,
los que en tu ley se gozan
amando tu perfección!
¡Dichosos los que te aman,
los que andan en tu luz,
porque serán liberados
de dolor y esclavitud!
¡Oh Roca de las edades,
cimiento de eternidad
Todos los que en ti edifiquen
para siempre vivirán!
¡Oh Biblia preciosa!
¿Quieres tu ser mi canción
ser mi estrella luminosa
y llevarme a tu Sión?
¡No hay riqueza mas grande,
dulzura mas deleitosa,
ni fuerza mas poderosa
para del mal liberarme!
¡Quiero que vengas conmigo,
quiero en mi vida llevarte,
quiero ser tu sembrador,
quiero en tu amor abrazarme!
¡Oh Palabra divina,
mensajera celestial,
corre y extiende tu vida
y danos tu libertad!
¡Oh fuente de salvación,
río de pureza y santidad,
lávame siempre en tus aguas
dame de tu sanidad!
¡Plántame junto a tus aguas
y dame de tu verdor,
y que en mi árbol no falte
de tu cosecha de amor!
¡Oh, Biblia preciosa,
quisiera poder cantarte,
y decirte tantas cosas!
Manuel Salvador
Publicado en boletín Interior “Testimonio” nº 223
Que noche más luminosa,
que luz más resplandeciente,
que estrella más prodigiosa
la que brilló en el oriente.
La noche rasgó su manto
y los cielos se rompieron,
viniendo a hacer su morada
Aquel Divino Lucero.
La justicia de los siglos
en sus alas nos traía,
y en la humildad de un pesebre
a la tierra descendía.
Era Dios fuerte y celoso,
Padre eterno y consejero,
eran brazos amorosos
refugio y escondedero.
Aquel reino maravilloso
que aquel niño nos traía
no era un reino de este mundo
era de paz y de armonía.
Aquella noche lejana
sigue cerca todavía
sigue anunciando a los hombres
salvación, paz y alegría.
Manuel Salvador.
Publicado en boletín Interior “Testimonio” nº 148
MIRAD LOS LIRIOS DEL CAMPO
CUAN BELLOS Y HERMOSOS SON
DIOS LOS VISTE DE HERMOSURA
CON MAS GLORIA QUE A SALOMON.
SON PLANTADOS EN LA TIERRA
POR EL DIVINO HACEDOR
PONIENDOLOS COMO EJEMPLO
DE SU CUIDADO Y AMOR.
ES MUY BREVE SU EXISTENCIA
MUEREN CUANDO SALE EL SOL
PERO VIVE INTENSAMENTE
PARA LA GLORIA DEL SEÑOR.
¿QUE TIENES TU QUE ENSEÑARME
LIRIO DE LOS CAMPOS EN FLOR?
QUIERE ENSEÑARTE CREYENTE
QUE TU VALOR ES MAYOR.
QUE LA IMAGEN QUE TU LLEVAS
ES LA DEL CREADOR
QUEDANDO ASÍ CONVERTIDO
EN EL TEMPLO DEL SEÑOR.
VIVE CON ESA HERMOSURA
DEL ESPíRITU DE DIOS
MANIFESTANDO EN TU VIDA
LA GLORIA DEL SALVADOR.
NO TE AFANES POR RIQUEZAS
QUE NO HAY TESORO MAYOR
QUE SER UNA FLOR DEL CAMPO
PARA MORADA DE DIOS.
Manuel Salvador.
Publicado en boletín Interior “Testimonio” nº 145
¡Oh Palabra,
gemido de perfección eterna.
Verbo y Calvario,
De donde fluyen tus aguas de salud!
Perdón eterno
De tu doliente pecho,
Sed abrazadora de ti
Que eres la fuente,
Sed que sientes pero que no gustas,
Sed que rompes las piedras
Para saciar mi desierto ardiente.
¡Oh Verbo y Calvario
Que abres el paraíso
A los presos de la muerte,
Verbo de amor perfecto,
Calvario que vences la noche
Que haces temblar mi pecho!
¡Oh Verbo y Calvario,
Siete fueron tus palabras
Para crear al hombre nuevo,
Siete es tu número perfecto,
Verbo y Calvario,
Donde venciste al infierno!
Allí fuistes abandonado
Para que yo vil pecador
Por tu Padre fuera amado.
iVerbo y Calvario!
Que grito más espantoso
Que ni el sol podía mirarte
Que hasta se rompen las piedras,
Las piedras que tu creastes.
¡Verbo y Calvario!
Que nos vuelves al amor fraterno,
Consumada salvación que ha brotado de tu pecho,
Misterio escondido
Que con fulgor de mañana en mi alma has encendido…
Ya esta todo consumado,
A la muerte has destruido
Y a las manos de tu Padre
A mi alma has conducido.
¡Oh Palabra, gemido de perfección eterna,
Verbo y Calvario,
De dónde fluyen tus aguas de salud!
“Y Aquel Verbo se hizo carne,
Para llegar al Calvario,
Como Cordero sufriente
Y morir para salvamos”.
¡Oh Verbo y Calvario!
Manuel Salvador.
Publicado en boletín Interior “Testimonio” nº 224
Sepultado en las aguas
Sumergido fui con El
Y enterrado para muerte
Mi pecado le entregué
Para morir juntamente
Y vivir también por El
Convirtiendo así mi vida
En un hermoso vergel.
Aguas del divino pozo
Símbolo maravilloso
De su santa redención
Donde quedamos unidos
A su gran obra de amor
Aguas de mi sepultura
Que el cielo nuevo me abrió.
Aguas que fueron de muerte,
Ahora de resurrección
Para andar en vida nueva
Con Jesús mi salvador
Y cuando El se manifieste
Vida gloriosa tendré
Aguas que fueron de muerte
Ahora de vida son
Porque en ellas se ha cumplido
Santa justicia de Dios.
En las aguas del bautismo
Con Jesús mi redentor,
Fui plantado en semejanza
De muerte y resurrección.
Yo soy nueva criatura
Mis obras ya nuevas son
Las cosas viejas pasaron
Y ahora para ser luz en el mundo
Es que Cristo me salvó.
Aguas maravillosas
De santa concentración
De las tres santas personas
Que miran con santo amor
El Espíritu desciende,
Se oye la voz de Dios
Y el Hijo lleva en sus manos
Al redimido pecador
Al que recibe diciendo
Por hijo te acepto yo.
Manuel Salvador.
Bautismos dia 18 de abril de 1999
Publicado en boletín Interior “Testimonio” nº 249
Y alli en tu escondite
Dios y tu, trabajabais juntos
Para que yo viniera a ser trozo de tu amor
Y del amor de Dios
¡Madre, soy aliento divino
Salido de tu seno!
¡Soy yo y tu y Dios
Obra que de sus manos salió!
¡Madre, criatura especial!
Que reflejas los ideales
Que nos haces sentirnos hombres,
Herederos de la vida y del amor,
No existe entre los humanos
una palabra mejor.
¡Madre y Dios, vida y amor
Y entre todos los tesoros
Tu eres la joya mejor!
Gracias te damos Señor
Por aquel nombre primero
Que mis labios pronunció,
¡Madre, tu nombre quedó
Por siempre grabado en mi corazón!
Manuel Salvador.
Dia de la Madre, Mayo 1999
Publicado en boletín Interior “Testimonio” nº 250
A solas contigo
Mi barca en tu mar
Mi alma descansa
Tranquila en tu paz.
No siente el rugido de la tempestad
Tranquila ya duerme,
Sosegada en tu mar,
A solas contigo
Yo siempre he de estar.
A solas contigo
Mi barca se va,
Surcando los mares
Navega en tu paz,
Mi alma y tu alma
En la mar se abrazan
No dejes mi barca
De entrar en la mar
Surcado en las olas
De tu eternidad.
A solas contigo
Remando en tu mar
Mi barca se aleja a tu Canaan.
¡Que gozo indecible
En tu barca remar
Buscado contigo donde descansar!
Mi alma te escucha
En tu soledad del mar,
A tus mares tranquilo
Me quiere llevar.
A solas contigo
Maestro y Señor
Tu quieres llevarme
Contigo a tu mar,
Llevarme en tu barca a la eternidad,
Bogar mar a dentro y en ti descansar.
¡Llévame a lugares de gozo y de paz!
A solas contigo
Mi descanso esta,
Mi Señor Jesús
Llévame contigo a tu mar,
Quiero que compartas
Hoy conmigo esta soledad,
Y entre el mar y el cielo
Mi barca se va
A aquella otra orilla
Que está mas allá.
Jesús de los mares
Que en mi barca estas
A solas conmigo
Descanso me das
Tu eres mi sosiego en la tempestad
A tu voz se aquieta
Tu aire y tu mar
Llenando mi alma
De bonanza y paz,
Si vienes conmigo cruzaré tu mar.
Manuel Salvador.
Verano 1999
Publicado en boletín Interior “Testimonio” nº 254
¿Por qué estáis aquí
Mientras el tiempo pasa?
¿Por qué inactivos
Si las mieses ya están blancas?
¿Por qué si somos hijos de la esperanza?
¡Id vosotros a mi viña
Para que así también seáis mis plantas
Para que seáis mis frutos dulces de verano
Y renuevos que brotan de mis aguas!
¡Id vosotros a mi viña,
Redimid la vida recibida
Y salid del pozo de esa holganza!
¡Dejad el ocio placentero que os mata
Que la vida está en la acción
Y en el trabajo se edifica nuestra casa!
¿Qué hacéis desocupados todo el día?
Si la indigencia mata
De la vida las ilusiones
Y nos hacen vegetales del tiempo.
Ponte en acción y tendrás el cielo
Y que es mi justicia tu salario
Y mi viña tu campo.
Ve a ella porque soy yo su dueño
Quien te mando.
¿Qué haces en mi viña todo el día sin trabajo?
No me seas un hijo de vergüenza,
Que te duermas en el tiempo que te he dado
Que no se derrumbe tu casa
Por la flojedad de tus manos,
Que esta mi viña esperando
De la fuerza de tus manos
¡Id vosotros a mi viña,
Que sois por mi contratados!
Y al final de la jornada recibiréis lo acordado.
Que soy patrón justo y bueno
Y que doy lo que prometo a todos mis buenos obreros
¡Id por tanto a mi viña y no matéis mis tiempos!
MANUEL SALVADOR
Publicado en boletín Interior “Testimonio” nº 255
Mayordomo de tus gracias
Quiero ser solo Señor,
Mayordomo de tus gracias
Para servirte mejor.
Te marchaste de viaje
Y muy pronto volverás,
Y me pides que te sirva
Con los dones que me das,
Que haga buena inversión
Para tu casa cuidar
Que no menosprecie el talento
Y lo ponga a trabajar.
Mayordomo de tus gracias
Quiero ser solo Señor
Cuidando siempre tu viña
Con todo celo y amor.
Y que buen siervo y fiel creyente
De tus labios oiga yo.
¡Oh, Señor de los talentos,
Que siervo solo sea yo,
Que viva siempre guardando
Tus almas salvas, Señor!
Mayordomo de tus mieses
Trabajando a pleno sol
Cuidando de esos granitos
De trigos del Salvador,
¡Que yo valore tus dones,
Sean muchos o pocos, Señor,
Por que donde no siembras
Recoges y siegas
Donde el trigo no cayó!
Mayordomo de tus campos,
De tus talentos administrador
Que pusiste en mis manos
Para servirte, Señor.
Que yo espere tu regreso
Haciendo buena inversión
Y entregarte cuando vengas
Los frutos de mi sudor.
Y la mayor recompensa
Que de ti quiero escuchar,
Que yo sea aprobado
Como buen siervo y leal.
MANUEL SALVADOR.
Publicado en boletín Interior “Testimonio” nº 260
De las gIorias del Mesías,
Aquellos santos varones,
Anunciaban del misterio que el cielo revelaría,
De aquellos siglos y siglos, de aquella gloria escondida,
Se anunció a los mortales que a la tierra descendía
Humillándose a lo sumo conforme a las profecías.
Aquel niño del pesebre que la tierra recibía,
Era pequeña semilla que todo lo llenaría,
Ángeles anunciaron con gran gozo y alegría,
De Dios buena voluntad a la humanidad perdida.
Sobre el pesebre la luz,
La sombra sobre María,
Calladamente medita en las cosas recibidas,
Sabe que Aquel que en su seno de carne se revestía,
Es bendito Hijo eterno que para la cruz nacía,
Y aquel corderito manso que en la cunita dormía,
Emanuel Dios con vosotros que a redimirnos venía.
Duerme pequeño lucero,
Siendo tu la Estrella guía entre las bestias pastando,
Maná Divino caía,
Duerme al calor de pañales, de aquella virgen judía,
Rodeada de la gracia siendo por Dios escogida,
Todos pueden acercarse al niño en la noche fría.
Callad, callad, que pase la noche
Dejad que ya viene el día
Que la luz de la mañana ya nos trae la alegría
Dejad que pase la noche,
Que la cruz ya esta vacía,
Que la muerte la ha cambiado
Para siempre en alegría.
Manuel Salvador Chacón
Navidad 1999
Publicado en boletin Interior “Testimonio” nº 263
Dad y se os dará
Es la santa vocación
Que de la gracia nos vino.
Dad y se os dará,
Es la llamada del cielo
Para los hombres perdidos.
Porque Dios se dio primero
Haciéndose nuestro amigo.
Dad y se os dará
Es tu consigna Señor.
Dad y se os dará,
Porque es mas rico
El mas pobre
Que se entrega a los demás
Muriendo por sus amigos.
Dad y se os dará
Es el mandato divino
Que trae felicidad,
Porque dando se recibe el bien
Que a otros le da.
Dad y se os dará
Si queréis ser bendecidos.
Dad y se os dará
Es el mensaje del cielo
Que debemos imitar.
Dad y se os dará
Porque haciendo de esta forma
Así tu paz nacerá
Como un pájaro en su nido.
Dad y se os dará
Porque todo el que regala
Lo que da lo retendrá
En los tesoros eternos,
Que por los siglos durará
Donde polilla no comen
Ni ladrones robaran.
Dad y se os dará
No buscando recompensas
Ni aplausos de los demás,
Que el amor solo se goza
No cobrando lo que da
Ni buscando los aplausos
Del mundo en su vanidad.
Dad y se os dará
Es la consigna divina
Que del cielo nos llegó
De aquel que siendo el mas rico
De pobreza se vistió,
Y mostrando de esta forma
El camino del amor.
Dad y se os dará
Es el camino mejor
Y el que anda en esta senda
Así la vida encontró
Y entregándose así mismo
Así mismo se encontró.
MANUEL SALVADOR.
Publicado en boletin Interior “Testimonio” nº 265
Eternidad es tu nombre
Y para siempre serás,
Toda eres suficiente
Para de vida saciar,
Antes que el tiempo fuese
Y después del tiempo serás,
Tu ya eras la Palabra,
Y Biblia y Humanidad.
Solamente la Palabra
De Ella la luz salió
Y a la voz de su sonido
El caos se transformó,
Y donde había tinieblas
La vida se iluminó,
Y por ella todos fuimos
Creados por el amor.
Solo la Palabra era,
¡Oh, Biblia y Dios,
Verbo y Amor,
Palabra solamente,
Espíritu creador
De la que todo salió,
Eternamente y por siempre,
Para el hombre salvación!
¡Oh, Palabra divina,
Fuego purificador!
Solamente la Palabra
De Dios su revelación
Para guiar a los hombres
Hasta su trono de amor
Y devolverles la vida
Que el pecado les robó.
Biblia y cielo, Verbo Dios,
Humanidad y Libro,
La Palabra se encarnó,
Hombre y Amor.
MANUEL SALVADOR.
Marzo 2000—Día de la Biblia
Publicado en boletin Interior “Testimonio” nº 268
En el barco de mi fe
Oh, divina pasajera
Hacia la eternal mansión
Navegamos, compañera.
Se tu para mi alma
El ancla mia,
No te quedes varada
Gloria mia.
Mira por las ventanas de lo invisible
Alli te esperan para recibirte,
No te dejes engañar por las quimeras
De estos cantos vacios
Y de estas cosas primeras.
En el barco de mi fe
Oh, divina pasajera
Hacia la eternal mansión
Navegamos compañera.
No sientas vergüenza
De la debida espera,
Aguarda la mañana
Cual centinela.
Corre con paciencia,
Esperanza mia,
Corre hacia la aurora
Del alma mia.
Eres esperanza viva,
Fuente de inmortalidad,
Lo que yo vivo esperando,
Que viene y no tardará.
En el barco de mi fe
Oh, divina pasajera
Hacia la eternal mansión
Navegamos compañera.
Espera esperanza mia,
Espera, espera, toma mi mano
Soy la fe de tu compañera.
MANUEL SALVADOR
Publicado en boletin Interior “Testimonio” nº 270
Siete las palabras son
Siete los colores del Sol
Son el número perfecto
De aquella predicación
Y siete son los fundamentos
De nuestra gran salvación.
Siete fueron las palabras
Del Divino Redentor
Que de sus labios brotaron
Desde la cruz del dolor.
Nadie me quita la vida
Porque la vida soy yo
Y la pongo por vosotros
Como muestra de mi amor,
Y en la primera palabra
Os predico mi perdón,
Porque que se que en ignorancia
Rompéis mis cuerdas de amor
Y por esto al Padre Santo
Por vosotros ruego yo
¡Oh, púlpito del calvario,
Eco de perdón y amor!
Es la primera palabra
Que nos da la perfección.
Yo he descendido de arriba
Y a lo alto subo yo,
Para daros hoy mismo mi paraíso de amor,
Aquel edén fue perdido
Y en el cielo se ocultó,
Y ahora desde mi calvario
Al perdido llevo yo,
Si arrepentido me clamas
como Señor y Salvador,
Hoy mismo estarás conmigo,
En el paraíso de Dios
Yo soy el agua de vida
De los mares creador,
Y todas las fuentes del mundo
Para el hombre puse yo,
Ahora muero sediento,
Sed tengo de amor,
Que son mis cisternas rotas,
Aguas para el pecador,
Que de mi sed ha brotado
Pozo de la salvación.
¡Consumado es…!
Resuena la potente voz,
Misterio de la edades
El velo se desgarró,
El camino queda abierto
De la gran liberación,
De aquella divina simiente
Que al pecado destruyó
¡Ahora es el gran jubileo,
Ahora, “Buenas Nuevas” son!
¡Ahora el divino cordero
consumó la salvación.
El cielo al fin queda abierto,
Jesús la muerte gustó,
Abriéndonos el camino
hacia la casa de Dios.
En las manos del buen padre
Su espíritu encomendó.
Siete fueron las palabras
De la nueva creación,
Que del calvario salieron,
Siete nombres del amor,
Colores del arco iris
De luz y perfección,
Siete, que bellas son.
MANUEL SALVADOR
Abril 2000
¡Golpe a golpe,
Cae el martillo que la carne rompe!
Puntas afiladas que abren sus fuentes,
Golpe a golpe de perros rabiosos,
Que piden su muerte,
Y calla el cordero inocente.
Es la roca que de dolor se rompe,
Que envuelve de sombras el día de noche,
Cubren de esperanza de espanto sin nombre,
Que matan con odio al Dios hecho hombre.
¡Golpes que rompen sus manos,
Golpes que rompen sus pies,
Lanza que rompe el costado,
Hiel que le dan en su sed,
Miran al que han traspasado,
No hay quien lamente por el,
Apura el solo la copa,
Abraza su cuerpo la sed,
El cielo se cierra a su grito,
La mirra y el vino le dan a beber,
Cerrando sus labios no toma,
Es cáliz de muerte que sólo lo debe beber!
¡Golpe que rompe su frente…!
Corona de espinas a su sien,
Es rey de reyes soberano,
Que el hombre no quiere tener,
¡Que muera! Grita el populacho,
Al Cesar queremos tener…
Golpe a golpe,
Pecado a pecado,
Los clavos volverle a poner,
Dejarlo por siempre clavado,
No queriendo el Reino de El.
¡Monte de la muerte
Que desnudas la vida del Santo Inocente,
Que entra en tu imperio,
El será tu muerte,
Golpe a golpe, herida su frente,
Sus pies son clavados
Y puntas de lanzas rompen su costado…!
Un grito que el día convierte en la noche,
El Sol se ha escondido,
Se juegan los soldados sus ropas a suertes,
Ignoran su guerra que en la cruz
Se tiene entre la vida y la muerte.
Golpe a golpe, martillo romano,
Que son las tinieblas de muerte en sus manos…
Altar ofrecido por hombres malvados,
Gritan que se mate al Dios Soberano,
¡Monte de la Calavera,
Que al matar la vida,
Sin vida te quedas!
Golpe a golpe, que a la Roca quiebras,
Y se abren los ríos que a la tierra riegan,
Que la sed del que muere
nos da la primavera.
MANUEL SALVADOR
Abril 2000
El sonido de las aguas
Que el río lleva,
Escuchan las oraciones
De aquella hoguera,
Y el cantar de las aves mañaneras,
Aguas que oraciones llevan,
En su música de espumas
A otras riberas,
Aguas de músicas
Que el río lleva, que el río lleva…..
Al clarear la mañana
Suben las llamas entre gemidos,
Aves cantando sus dulces trinos,
Enmudece el aire
Y quietas están las ramas
De aquellos pinos y olores de jaras.
Entre oraciones de lino fino,
Que abrazados en la hoguera
Se funde lo humano y lo divino
Hogueras de mis recuerdos,
De aquel bosque que llevo dentro,
Candela de tierra y luz del cielo,
Música del río,
Tenores de alas callando al viento,
Árboles callados haciendo templos,
Y oraciones de fuego subiendo al cielo,
Ángeles que bajan subiendo luego,
Llevando en sus copas
Oraciones que son incienso.
El sonido de las aguas que el río lleva,
Nacido en la montaña de Grazalema,
Llevó entre sus aguas
Aquellas oraciones de aquella hoguera,
Calentando sus aguas de primavera,
Música de espumas sus aguas
Lleva a la ciudad divina de otra rivera.
¡Ay río que mis aguas llevas,
Que mis aguas llevas!
MANUEL SALVADOR
El Bosque (Cádiz) Abril 2000
En su sillita de nea
Sentada está la vieja,
Sus ojos cerrados, pero no duerme,
Mira la rueda del tiempo pasado.
Todo es silencio que gira en su libro cerrado.
Sueña en momentos felices
Que el tiempo ha parado.
Ilusiones y sueños que el viento ha soplado.
Esta en su silla con ojos cerrados,
Y mientras su vida en recuerdos pasando,
De aquellos amores de hijos lejanos,
De sueños hermosos y proyectos pasados,
Girando la rueda y el viento
En sus vueltas la vida borrando,
¡Parece que duerme la vieja pero solo está soñando!
Se mece en la silla la vieja pensando,
Espera que algunos de aquellos amores
Vengan a su con amor llamando,
Aquellos sus hijos por los que su alma
Sin cesar clamando,
¡No duerme la vieja solo está soñando
Que vuelvan sus hijos hasta su regazo!
Se mece en la silla del tiempo pasando,
Que al quedar vacía en la misma silla
Sus hijos un día estarán sentados,
En su sillita de nea está la vieja
Guardándote el sitio del tiempo
En tu rueda girando.
En la sillita de nea ya no está la vieja,
Su toquita negra quieta en la rueda,
Ya no tiene frío, ya tampoco sueña,
Aquellos amores ya no la recuerdan,
Solo unos suspiros que el aire se lleva,
De unos quejidos cargados de quejas,
Entre nubes de sueño se marchó la vieja,
Y solo en el cuarto aquella silla vieja,
Esperando a los hijos sentados a sus ruedas.
¡Ay, aquella silla que mece
La vida de la madre vieja,
La vieja arrugada que solos nos deja!
¡Que solo está el cuarto,
Ya no está la vieja!
Y en aquella silla el hijo se sienta,
Solo en la pared la silla contempla,
Desde aquella foto con ojos de piedra,
Serena su imagen de sonrisa bella,
De negro amarillo de la foto cuelga,
La silla vacía y el hijo se sienta,
Girando y durmiendo igual que la vieja.
¿Parará alguna vez el giro de la rueda?
Y el niño al padre pregunta,
¡Papá! ¿dónde fue la abuela?
Y el padre le dice
Hijo, sentada en la silla sueña.
Dedicada a las madres ancianas de la Tierra.
MANUEL SALVADOR
Publicado en boletín Interior “Testimonio” nº 274
¡Oh Dios, playas de aguas dulces,
Fuentes profundas de lo alto,
Eternos ríos de lo bajo,
Pozos y oasis de descanso!
Venero de mares escondidos
En ocultos abismos del alma,
Ríos de arriba, pozos de abajo,
Tierras y cielos abrazados,
Sedientos corazones encontrados.
Dios, infinito hombre
Cántaro de barro vaciado,
Arcilla sedienta por el agua
De tus abismos clamando,
¡Sube, oh pozo, de tu profundo venero
A mis desiertos regando,
Playas eternas por mi alma clamando!
–
¡Oh Dios, mares de primaveras eternas,
Que suban tus aguas a mi huerto regando,
Que sean tus fuentes mis ansias calmando!
¡Dios, aguas de arriba, aguas de abajo,
Lluvias de vida en Cristo brotando,
Oasis de cielo en la tierra plantado!
¡Oh, sube… Sube pozos de abajo,
Ven… Pozos de arriba,
Que broten tus aguas,
Que inunden mi barro,
Que sea yo fuente de arriba y abajo!
¡Oh, Dios he bebido en tus aguas,
Ya he sido saciado…!
MANUEL SALVADOR
Verano de 2000
Publicado en boletín Interior “Testimonio” nº 277
Es la pereza moneda que empobrece a quien la tiene,
Siempre esta deseando y nunca puede alcanzar,
Pasa su vida cantando la canción del holgazán.
Creyéndose así mas sabio se burla de los demás,
Quiere tener muchas cosas a costa de los demás,
Y ni aun le quedan fuerzas
Para tomar su cuchara y hasta su boca llevar,
¡Qué pobre es el perezoso
Cuán grande su necedad
Porque matando su tiempo
Se quedó sin heredad!
El alma del diligente siempre será prosperada
Y con riquezas eternas su obra recompensada.
Es un alma que no se para a pensar
Si es verano o es invierno,
Sale al campo a trabajar
No rehúsa en los esfuerzos ni repara en los demás
Quiere acabar su tarea, sabe que el día se irá
Y cuando venga la noche
Al fin podrá descansar,
Y en las mansiones eternas
Su tesoro disfrutar.
MANUEL SALVADOR.
Publicado en boletin Interior “Testimonio” nº 279
Inmenso mar alma eres,
Profundo mundo dentro de mi barro,
Soplo de viento eterno,
Orillas del pensamiento,
Ríos y fuentes de mis adentros,
Riveras y valles de sueños,
Música, poesías, regiones de luces,
Que son mis dueños
Aliento divino eres
Que me empujas por este mar de la vida.
Alma descansa en tu orilla
Eternidad eres
No te canses de remar mar adentro,
A orillas del alma que llevo dentro.
Azules aguas de mi mar,
Alma eres, claro cielo,
Que se juntan sus extremos,
Inquieta siempre explorando
En las vastas estepas de tu espacio,
Buscando tu mundo del que vienes,
¡Alma quédate quieta
En la orilla del que eres!
Avanza a los horizontes del que vienes
Alma espera salir
Del pequeño lugar que te retiene,
Solázate desde la arena
Mirando la eternidad de la que eres.
A orillas del alma gime y suspira,
Por el valle feliz donde está la vida.
A orillas del alma viven mis sueños,
De la imagen divina de la que vengo.
A orillas del alma yo vivo preso
Hasta pasar la noche y llegar al cielo.
A orillas del alma vivo y espero,
Vivo y espero extendiendo mis velas,
Al que es mi dueño.
A orillas del alma vuelan mis sueños,
Cruzando los mares de espacio y tiempo.
MANUEL SALVADOR.
Publicado en boletín Interior “Testimonio” nº 280
De tanto ir a la fuente
Mi cántaro se rompió
Y el agua que contenía,
En la tierra se vertió
De tanto ir a la fuente
Mi paloma se escapó
Dejando el barro vacío,
A lo eterno se elevó.
La cadenita de plata
Que a mi arcilla sostenía
El alfarero divino
Desde lo alto rompía,
Dejando el barro en el barro,
Y escapando el contenido
Que mi cántaro tenia.
De tanto ir a la fuente
Ya se agotaron mis días
Quebrado junto a las aguas
Quedó la vasija vacía
Para beber de otro pozo
En el río de la vida
De tanto ir a la fuente
Mi cántaro se rompió
Y el alma que contenía
Volvió a quien se la dio.
Y de la casa de barro
Pasó al país del Sol
Do las calles brillan de oro
Y en el cielo una canción.
Dando la bienvenida
al que del polvo escapó.
De tanto ir a la fuente
Mi cántaro se rompió
Y en alas de vida eterna
Llegó a su creador
Noviembre 2000
MANUEL SALVADOR
Publicado en boletín Interior “Testimonio” nº 282
De tanto ir a la fuente
Mi cántaro se rompió
Y el agua que contenía,
En la tierra se vertió
De tanto ir a la fuente
Mi paloma se escapó
Dejando el barro vacío,
A lo eterno se elevó.
La cadenita de plata
Que a mi arcilla sostenía
El alfarero divino
Desde lo alto rompía,
Dejando el barro en el barro,
Y escapando el contenido
Que mi cántaro tenia.
De tanto ir a la fuente
Ya se agotaron mis días
Quebrado junto a las aguas
Quedó la vasija vacía
Para beber de otro pozo
En el río de la vida
De tanto ir a la fuente
Mi cántaro se rompió
Y el alma que contenía
Volvió a quien se la dio.
Y de la casa de barro
Pasó al país del Sol
Do las calles brillan de oro
Y en el cielo una canción.
Dando la bienvenida
al que del polvo escapó.
De tanto ir a la fuente
Mi cántaro se rompió
Y en alas de vida eterna
Llegó a su creador
Noviembre 2000
MANUEL SALVADOR
Publicado en boletín Interior “Testimonio” nº 282
Al viento escuché decir
Que Dios estaba gimiendo
Y que en suspiros de almas
Desde los tiempos eternos
Su corazón dolorido
por el hombre esta sufriendo,
Al viento escuche decir
que es muy triste su lamento.
Invisible mensajero
que vienes de sus adentros
Para decirme que escuche
El suspirar de su pecho,
Que fui yo el primer gemido
Cuando sus manos me hicieron,
¡Oh gemidos de mi dueño!
Paloma de lo infinito
Que de su gracia voló
Y cruzando los espacios
A mi barro descendió,
Para unirse a mis gemidos
Compartiendo mi dolor
Y desgarrando su cuerpo
Desde el madero clamó.
Al viento escuché decir,
Que Dios estaba llorando
Y que el agua de sus ojos
Es llanto de nuestro llanto,
Que el gemir de nuestra fuente
De su pecho está brotando,
De aquel eco de los siglos
Que a mi cruz vive abrazado
Al viento escuché decir
Lo que la noche cubrió
Cuando aquel gemido eterno
Salió de su corazón,
Y junto a mi sepultura
Al verme muerto lloró,
Al viento escuché decir,
Es gemido del amor,
Que el amor no es otra cosa,
Que llanto del corazón.
MANUEL SALVADOR
Publicado en boletín Interior “Testimonio” nº 298
¡Pobre burrito,
Lejos estabas de pensar
Que al romperse tu atadura,
En tus lomos llevarías
Al Príncipe de la Paz,
Aquel bendito David que traía libertad!
¡Pobre burrito,
Que grande tu dignidad,
Que el Señor del universo,
De ti tuviera necesidad,
Y sentado sobre tus lomos
Su salvación proclamar!
¡Pobre burrito,
Atado al pesebre ajeno al servicio
Que iba a prestar al rey de los reyes!
¡Rompió tu atadura
Para que le sirvieras de cabalgadura,
Felices burritos,
Aquellos creyentes que al ser desatados
Le llevan sobre sus lomos a toda la gente!
¡Pobre burrito,
Ajeno tu estabas de estar en su mente,
Que el te mirara,
Y de tus servicios te necesitara,
Y hacerte heraldo de cosas celestes …
Burritos del alma sed inteligentes!
MANUEL SALVADOR.
Publicado en boletín Interior “Testimonio” nº 299
No te pares, mi reloj,
No dejes tu sonar
Recordándome el valor
Que me trae tu tic-tac.
Cada segundo que pasa
Me acercas al tiempo final.
No te pares mi reloj,
No me dejes de contar
Que los días de mi vida
Como la niebla se van.
Sigue contando mis horas
Con tu rápido tic-tac.
No te pares mi reloj,
Que es tu misión nada mas.
Recordándome en tu marcha
Que como vienes te vas.
Que mi tiempo son segundos,
Y que debo recordar,
Que soy viajero en el mundo,
Estación de vanidad.
No te pares mi reloj,
No me dejes de avisar,
Que viene el tren de la noche
Y hacia lo eterno volar.
No te pares mi reloj,
Enséñame a caminar,
Escuchando tus avisos
En tu discreto tic-tac,
Para que esté preparado
A tu campana final.
Relojero de mi tiempo,
Enséñame en tu tic-tac,
Que está en tus manos mis días
De aquí a tu eternidad.
¡Mi Divino Relojero
En tu tiempo quiero entrar!
MANUEL SALVADOR
Enero 2002
Publicado en boletín Interior “Testimonio” nº 307
¡Qué misterio es el amor…!
¡Qué riqueza, amar y ser amado!
Todo armonía y belleza para los enamorados …
No se encuentran desperfectos
En los que viven amando,
Ni existen comparaciones para poder igualar
Al ser que estamos amando.
¡Qué misterio es el amor!
¡Qué placer, amar y ser amado!
Dos corazones fundidos por el amor,
Al cielo están abrazados.
¡Ay amor, que me haces descubrir
Las bellezas de la vida,
Que haces realidad mis sueños mas nobles,
Que me haces oír música y componer canciones,
Que despiertas mis inviernos
A primaveras de flores,
Que me siento rey al ser dueño de tus amores…!
¡Ay amor, arroyos de aguas
donde mis ojos se bañan de tus doradas playas!,
Sol de mis amaneceres,
Luces de oro de mis noches,
Olor que embriaga mi alma,
Labios cuales fuentes de mirras fragantes,
¡Ay amor, que bello es amarte …!
¡Tal es mi amor … Tal es mi amigo
Entre todos los amores,
Tu eres el preferido,
Señalado entre diez mil,
Eres el mas distinguido!
Tal es mi amado, tal es mi amigo.
Sus piernas son mármol,
Su cuerpo oro fino,
Como monte nevado del Líbano,
Perfección de blancura celeste …
¡Ay amor, que no puedes con otros amores ser tu comparado!
Y cuando algunos preguntan:
¿Qué tiene mi amado mas que otros amados …?
Mi alma responde, “mi amado es, EL AMOR ,
Que por mi se ha entregado,
La fuente de donde mi amor,
Por El ha brotado …!
MANUEL SALVADOR.
Febrero 2002
Publicado en boletín Interior “Testimonio” nº 310
Te contemplo amigo árbol,
Te estoy mirando ya sin hojas,
Desvencijado por el viento del tiempo que ha soplado,
Sembrando de arrugas tu tronco cansado,
Ya desnudo no das sombra de verano,
Y el gélido viento sopla,
Ya no quedan nidos de pájaros piando,
Ni músicas , ni cantos,
Solo crujir de raíces,
Lagrimas y quejidos de árbol arrancado,
La tierra le llama,
Su copa al cielo mirando,
Recordando la risa del niño
Por sus ramas trepando.
Amigo árbol, sentado al camino,
Te estoy mirando y contemplo
Aquel niño a tus pies jugando,
Comiendo en tus moras mis labios morados,
Gozando tus sombras de aquellos veranos,
Queridos recuerdos de aquellos años,
Hoy te miro negro y arrugado,
Árbol ayer, hoy cortado,
Ya se fue el niño,
Hoy es anciano en su mente soñando,
Aquellos días cuando era árbol,
Pensando que el tiempo estaba parado,
Y mientras soñaba,
Un viento solano,
Y un fuerte gemido del viejo y el árbol,
Fundiéndose ambos,
Presente y pasado.
MANUEL SALVADOR.
Publicado en boletín Interior “Testimonio” nº 315
Madre, cuna de la vida,
Pequeño mar de aguas oscuras,
Burbuja escondida,
De mi primer latido,
Ya entonces escuché tu primer gemido.
Yo era semilla en tu tierra oculta,
Y allí el amor tenia nombre … ¡Madre!
Madre, tierra escogida,
Tubo de viviente espiga,
Misterio dando forma a la vida,
Fuente de tu vientre escogida,
¡Madre, laboratorio divino
Dando forma en tu seno al barro,
Cuerpo y alma,
Sello de lo eterno,
Dios y madre, tierra y cielo,
Amor y llanto creando,
Universos misteriosos
De tus entrañas brotando!
¡Madre, bello nombre,
Por el hombre pronunciado,
Nombre primero que al nacer tomamos,
Nombre que al partir de la tierra
En nuestros labios llevamos!
¡Madre, jardín de la vida
Donde fui creado!
MANUEL SALVADOR.
Publicado en boletín Interior “Testimonio” nº 316
Madre, es tu mirada
Cielo sereno que me calma,
Sol radiante que enciende mi llama,
Lago tranquilo que mece mi alma,
Paz que me abriga,
Entre blancas sábanas.
Madre, es tu mirada
Valle florido donde estoy dormido,
Prados de flores donde estoy tranquilo.
Es tu mirada sobre el nido,
Donde está tu niño.
Madre, es tu mirada
Mi cielo escondido,
Siempre en mis ojos,
Aunque te hayas ido.
Es tu mirada que me hizo hijo,
Que me hizo amor
Y descubrir de la luz sus coloridos.
Madre, es tu mirada
Mal de amor en calma,
Alas de risas blancas,
Prados de gozos para mi alma.
Es tu mirada noche estrellada,
Nubes y risas en mis mañanas,
Madre, ¡Qué bellas son tus miradas!
MANUEL SALVADOR
Fiesta de la madre, Mayo 2002
Publicado en boletín Interior “Testimonio” nº 316
OTROS AUTORES
Poesias recopiladas de autores conocidos o desconocidos o de la iglesia.
¡De qué quiere Usted la imagen? Preguntó el imaginero:
Tenemos santos de pino,
Hay imágenes de yeso,
Mire este Cristo yacente,
Madera de puro cedro,
Depende de quién la encarga,
Una familia o un templo,
O si el único objetivo
Es ponerla en un museo.
Déjeme, pues, que le explique,
Lo que de verdad deseo.
Yo necesito una imagen
De Jesús El Galileo,
Que refleje su fracaso
Intentando un mundo nuevo,
Que conmueva las conciencias
Y cambie los pensamientos,
Yo no la quiero encerrada
En iglesias y conventos.
Ni en casa de una familia
Para presidir sus rezos,
No es para llevarla en andas
Cargada por costaleros,
Yo quiero una imagen viva
De un Jesús Hombre sufriendo,
Que ilumine a quien la mire
El corazón y el cerebro.
Que den ganas de bajarlo
De su cruz y del tormento,
Y quien contemple esa imagen
No quede mirando un muerto,
Ni que con ojos de artista
Sólo contemple un objeto,
Ante el que exclame admirado
¡Qué torturado mas bello!.
Perdóneme si le digo,
Responde el imaginero,
Que aquí no hallará seguro
La imagen del Nazareno.
Vaya a buscarla en las calles
Entre las gentes sin techo,
En hospicios y hospitales
Donde haya gente muriendo
En los centros de acogida
En que abandonan a viejos,
En el pueblo marginado,
Entre los niños hambrientos,
En mujeres maltratadas,
En personas sin empleo.
Pero la imagen de Cristo
No la busque en los museos,
No la busque en las estatuas,
En los altares y templos.
Ni siga en las procesiones
Los pasos del Nazareno,
No la busque de madera,
De bronce de piedra o yeso,
¡mejor busque entre los pobres
Su imagen de carne y hueso ¡
Gabriela Mistral, Premio Nobel de Literatura 1945
¿Qué tengo yo que mi amistad procuras?
¿Que interés te sigue, Jesús mío,
que a mi puerta, cubierto de rocío,
pasas las noches del invierno a oscuras?
¡Oh, cuanto fueron mis entrañas duras,
pues no te abrí! Que extraño desvarío,
si de mi ingratitud el hielo frío
secó las llagas de tus plantas puras!
Cuantas veces el ángel me decía:
Alma, asómate ahora a la ventana,
Verás con cuanto amor llamara porfía!
Y cuántas, hermosura soberana:
– Mañana le abriremos – respondía,
para lo mismo responder mañana
Lope de Vega
Ven a tocar mi puerta Jesús Divino,
antes que el sueño de la muerte venga,
y me cubra de frío y de silencio…
Cierto es, que a veces, en forma de un anciano
solo y triste llegaste hasta mi puerta,
y al verte ahí
Apoyando la mano en tu cayado;
con polvo del camino y tan cansado
¡No te abrí!
A veces eras niño con hambre y mucho frío
y ni un trocito de pan, menos de cariño
¡No tuve para ti!
Y aquella otra ocasión, un pobre enfermo
reflejaba el dolor en su semblante;
y tocando con mano vacilante,
una limosna por amor rogaba.
Esta vez al abrir, sentí de pronto,
el horror que aquel hombre me causaba,
las llagas de su cuerpo supuraban;
y al pensar que su mal me contagiara;
¡Cerré la puerta, de golpe y en su cara!
En forma de un mendigo o de un lisiado
¡Cuantas veces SEÑOR habrás tocado!
y yo me he hecho sordo a tu llamado.
Buscaste caridad donde no habia,
un poco de calor y no lo hallabas;
solo hubo mezquindad y en mi osadía,
negaba todo a aquel que me lo daba.
Si al corazón contrito y humillado,
por tu inmensa bondad has perdonado,
¡Perdóname SEÑOR, ven a mi puerta!
Hay tanta soledad y esta desierta.
Autor Desconocido
Era primavera, la mañana hermosa
llena de perfumes, de trinos, de sol,
se infiltró alegre y gozosamente
dentro de los pliegues de mi corazón.
El Maestro vino, me hablo quedamente:
¿No irás a los campos como sembrador?
Pero la mañana me llenaba el alma
y dije: Maestro déjame quedar.
… y llego el verano, y el primer rocío,
que cayó abundante sobre la amplia mies,
y puso en el aire su hálito sedante,
con mano piadosa refrescó mi sien.
El Maestro vino, me habló suavemente:
¿Mis semillas tiernas, no irás a cuidar?
Más dije: Maestro déjame quedar,
cuando el otoño apague sus luces
correré a tus campos y podré segar.
… y llego el invierno, todo estaba blanco,
hacía mucho frío, no brillaba el sol,
la nieve y el hielo lo cubrían todo,
y hasta se acercaron a mi corazón.
Entonces, voluntariamente me ofrecí al Maestro,
todos mis esfuerzos, todos mis anhelos,
todo don precioso que habitaba en mi,
más El, movió la cabeza, y me dijo triste
con su suave voz:
“Pasó la cosecha, solo hay un poco
de trigo que no se juntó, más fué
tu torpeza la que lo dejó,
el placer del año pasaste afanoso,
cuando yo llamaba no oíste mi voz
y hoy, ¿Para que te sirve tu remordimiento?
… ¿Qué será del trigo que no se junto?…”
Autor Desconocido
¿Cómo no he de adorarte, Jesús mío,
si eres el suave manto de rocío
que ha revivido mis raíces secas?
¿Cómo no he de adorarte si tu truecas
en esperanza ardiente mi hondo hastío?
¿Quién como tú Jesús? que das al río
cauce y corriente que jamás se agota
y que haces estallar la estéril roca
en fresco manantial para el estío.
Ya mi vaso jamas veré vacío
ni seré más un triste abandonado,
no sentiré la herida del pecado
ni del traidor mordaz el desafío.
La misma soledad de ningún modo,
torna mi vida triste y desolada,
porque si ayer sin Tí, no tuve nada,
hoy contigo Jesús, lo tengo todo.
Es tan bello Señor, estar contigo
y tiene tu verdad tan dulce acento,
que sin poder decirte lo que siento,
arder yo siento en mi lo que te digo.
En la cumbre estelar de lo que ansío,
Tu eres la luz polar que solo veo,
Eres mi fé, en Tí solo yo creo
y es solo tu poder, mi poderío.
Más si al fin de mi senda, Jesús mío
nubló mi ser la sombra de la muerte
de nada temeré porque confío
que en la aurora estelar habré de verte.
Autor Desconocido
Señor, en el poema sublime de los cielos,
absorto yo contemplo las obras de tus manos,
las selvas majestuosas, las aves en sus vuelos
me dicen que tu moras en el profundo arcano.
No obstante las auroras me cuentan de tu gloria,
la brisa fresca y pura me enseña tu existencia,
la dulce primavera me canta tu victoria
y el trueno pavoroso tu grande omnipotencia.
El aire que respiro me dice a cada instante,
que tu diste la vida a todas las criaturas,
y tu las alimentas con tu cuidado amante
porque tu mano es fuente de pródigas harturas.
Yo se que tu formaste los cielos y la tierra,
que de la nada, todo trajiste a la existencia,
que Tu palabra eterna la gran verdad encierra
y en ella se revela la gloria de tu ciencia.
Yo se también Dios mío, que tu eres fuente eterna
de amor y de esperanza y de feliz consuelo
que al pecador acoges con mano dulce y tierna
y luego lo conduces a la mansión del cielo.
Señor cuando en mis horas amargas de quebranto,
me veas vacilante andando por la vida,
conforta tu mis pasos, enjuga tu mi llanto,
mitiga los dolores agudos de mi herida.
Y cuando todo venga a su final ocaso,
en este mundo artero sombrío,
escóndeme del mal en tu feliz regazo
y guárdame en tu diestra, Señor, Señor, Dios mío.
¡Oh que densas tinieblas
invaden al alma,
al alma perdida
que no encuentra calma!
Está confundida,
no tiene reposo
y pronto se olvida
de su falso gozo.
Se envuelve en lo absurdo
se esconde en lo falso
su fruto es lo burdo
y culmina en fracaso.
Siempre pretende
que todo lo entiende
y confirma el camino
a su propio destino.
Alma necia y perversa
tan llena de orgullo
su acción es adversa
y pretende, que el mundo es suyo.
Esta dice, que todo
es cuestión de suerte
y se goza en el lodo
que le lleva a la muerte.
Afirma así misma
que una vez se vive
por eso no atisba
a lo que Dios prescribe.
Pablo Hernandez Febrero 8, 1998
San Antonio, Texas
Puede una gota de lodo
Sobre un diamante caer
Puede también de este modo
Su fulgor oscurecer.
Pero aunque el diamante todo
Se encuentre de fango lleno
El valor que lo hace bueno
No perderá ni un instante
Y ha de ser siempre diamante
Por mas que lo manche el cieno.
RUBEN DARIO
Publicado en boletin Interior “Testimonio” nº 247
No sentirte Señor
Es morir por dentro.
Quedarse sin tu luz
Vivir en un tormento.
No tenerte Señor,
Es vivir con dolor el tiempo,
Vivir sin saber que hay
Un amigo eterno.
No hablarte Señor
Es estar en silencio
Estar siempre solo
No tener ningún consuelo.
Sentirte, tenerte, hablarte, Señor
Es sentir por dentro,
Que no soy yo quien vive,
Sino que tu en mi estas viviendo.
Carmen Garrido González.
Miembro Iglesia de Cristo en Chipiona(Cádiz)
Publicado en boletin Interior “Testimonio” nº 247
ANOCHE CUANDO DORMÍA
SOÑE ¡BENDITA ILUSION!
QUE UN ARDIENTE SOL LUCÍA
DENTRO DE MI CORAZON.
ERA ARDIENTE PORQUE DABA
COLORES DE ROJO HOGAR
Y ERA SOL PORQUE ALUMBRABA
Y PORQUE HACIA LLORAR.
ANOCHE CUANDO DORMíA
SOÑE ¡BENDITA ILUSION!
QUE ERA DIOS LO QUE TENíA
DENTRO DE Mí CORAZON.
ANTONIO MACHADO.
¿Quien me presta una escalera, para subir al madero, para quitarle los clavos a Jesús el Nazareno? (Saeta popular)
¡Oh, la saeta, el cantar
Al Cristo de los gitanos,
Siempre con sangre en las manos,
Siempre por desenclavar!
¡Cantar del pueblo andaluz
Que todas las primaveras
Anda pidiendo escaleras
Para subir a la cruz!
¡Cantar de la tierra mía,
Que echa flores
Al Jesús de la agonía,
Y es la fe mis mayores!
¡Oh, no eres tu mi cantar!
¡No puedo cantar, ni quiero
A ese Jesús del madero,
Sino al que anduvo en la mar!
ANTONIO MACHADO
Jesús demostró su amor
hacia todos en general
Amó a Judas “su traidor”
y a un Pedro que le negó.
Puso agua en un lebrillo
y la toalla se ciñó
y aunque Pedro se resistía
al final sus pies lavó.
Jesús humilde servidor
a los que escogió sus pies lavó
sin esperar nada a cambio
así demostró su amor.
Ellos no podían entender
lo que hacía su Maestro
pero Jesús los amaba
cada día y cada momento.
Jesús comprende nuestras dudas
como en su amor entendió a Tomás
El sabía que en su momento
Tomás llegaría a dudar
Pero a pesar de todo
Jesús los amó hasta el fin
El los había escogido
para una misión cumplir.
Carmen Ramírez
Extraido de boletín “Constancia” Nº 61
Jesús ama a las mujeres
y de esto la Biblia nos habla,
busca a las que están perdidas
y a su redil acercarlas.
Hubo una mujer samaritana
que al pozo de Jacob fue por agua,
allí se encontró con Jesús
y Él le pidió un poco de agua.
¡Oh mujer samaritana
este encuentro no esperabas!
Que Jesús el agua viva
refrescaría tu alma
El conocía tu pecado,
tu vida desordenada,
pero a pesar de todo
te demostró que te amaba.
Te ofrecía el agua viva
que saciaría tu alma,
limpiándote de pecados
vida nueva a ti te daba.
La mujer agradecida
dejó su cántara y corrió
contándole a todo el mundo
la salvación que encontró.
Carmen Ramírez
Extraido de boletín “Constancia” Nº 57
Cuándo Jesús caminaba
Sanando de aldea en aldea
Díez leprosos se fijaron
En Jesús de Galilea.
Ellos alzando su voz
Clamaban al buen Maestro
Misericordia y limpieza
Para sus podridos cuerpos.
Jesús que de lejos los vió
Tuvo compasión de ellos
Y mientras ellos caminaban
Fueron sanados sus cuerpos.
Solo de los diez, volvió uno,
Agradeciendo al Maestro
Lo que había experimentado
En su alma y en su cuerpo.
Jesús, quedó entristecido
Por los que no respondieron
El, los había sanado
Y no supieron agradecerlo.
Pensemos en nuestra vida
¡Cómo nos halló el maestro!
El nos ama con ese amor perfecto
Seamos agradecidos
Mirando siempre al Maestro.
Carmen Ramírez
Extraido de boletín “Constancia” Nº 56
Tres amigos tenía Jesús
en la ciudad de Betania
Marta, Lázaro y María
a los cuales él amaba.
Un hecho allí aconteció
Que a Jesús le costó llorar
fue la muerte de su amigo
que acababan de enterrar.
Las hermanas entristecidas
reprochaban a Jesús.
Sus corazones doloridos
por la ausencia de Jesús.
Fue tan grande su amor
que el sentía por ésta familia,
¿Como hacerles comprender
que él era la vida?
Con voz demando y autoridad
a Lázaro llamó, ¡sal fuera!
Llamándole de la muerte
a vino vida verdadera.
Yo soy la resurrección y la vida
a Marta y a Marta les dijo
y demostrándoles su amor
vivo a su hermano les devolvió.
Carmen Ramírez
Extraido de boletín “Constancia” Nº 58
En la viña del Señor
trabajo no ha de faltar
si tu le quieres servir
su mandato as de aceptar.
Obreros para su viña
El Señor necesitaba
si de verdad quieres servirle
obedece a su Palabra.
Jesús dice “La mies es mucha”
y los obreros son pocos,
unidos y fieles a Él
alcanzaremos a otros.
Ser obrero del Señor
es tu mejor recompensa
sírvele de corazón
y no te faltará cosecha.
Yo escuché su voz un día
y a su viña me acerqué
nunca me faltó el trabajo
y siempre le serviré.
Carmen Ramírez
Extraido de boletín “Constancia” Nº 60
¿Qué quiero mi Jesús?… Quiero quererte,
Quiero cuanto hay en mí del todo darte,
Sin tener más placer que el agradarte,
Sin tener más temor que el ofenderte.
Quiero olvidarlo todo y conocerte,
Quiero dejarlo todo por buscarte,
Quiero perderlo todo por hallarte,
Quiero ignorarlo todo por saberte.
Quiero, amable Jesús, abismarme
En ese dulce hueco de tu herida,
Y en sus divinas llamas abrasarme.
Quiero, por fin, en Ti transfigurarme,
Morir a mí para vivir tu vida,
Perderme en Ti, Jesús, y no encontrarme.
Calderón de la Barca
Allá en el pesebre, do nace Jesús;
La cuna de paja nos vierte gran luz;
Estrellas lejanas del cielo al mirar;
Se inclinan gozosas su lumbre a prestar.
Pastores del campo, teniendo temor;
Cercados de luz y de gran resplandor;
Acuden a prisa buscando a Jesús,
Nacido en pesebre del mundo la luz.
Oh Cristo, pedimos hoy tu bendición,
Rogamos que atiendas a nuestra oración;
A todos, oh Cristo, nos muestras amor;
Nosotros te amamos también, Salvador.
Gracias mi Dios por enviarnos tal Maestro,
Sencillo, noble, pues no hay otro igual.
Su sencillez confunde a los doctores
Que al templo venían a enseñar.
Nunca le vimos aprender con los rabinos,
Decían los escribas y vecinos del lugar,
Pues, todos conocemos su familia humilde,
¿De donde viene la sabiduría tal?
¿Por qué te extrañas de tal erudito?
Las profecías hablan muy claro de Él,
Su sabia autoridad viene de arriba,
Por eso el hombre no lo puede comprender.
¿Recuerdas las palabras que Él, te dijo?
¿Las enseñanzas que te hacía considerar?
Nunca las eches en un saco roto,
Ya que en tu vida la vas a necesitar.
Mas yo quisiera, Señor, que tu me enseñes;
Sentado a tus pies quisiera estar,
Oyendo como late en tu costado,
Tu corazón de amor, amor sin par.
Y cuando aprenda tu verdad hermosa,
Ya, cuando sea sabio de verdad,
Quiero aprender. Bendito Dios tu obediencia,
Y practicar tu amor en santa humildad.
Juan Antonio Pérez Martínez
Camas (Sevilla) España.
Ven a tocar mi puerta Jesús Divino,
Antes que el sueño de la muerte venga,
Y me cubra de frío y de silencio…
Cierto es, que a veces, en forma de un anciano
Solo y triste llegaste hasta mi puerta,
Y al verte ahí apoyando la mano en tu cayado;
Con polvo del camino y tan cansado
¡No te abrí!
A veces eras niño con hambre y mucho frío
Y ni un trocito de pan, menos de cariño
¡Tuve para ti!
Y aquella otra ocasión, un pobre enfermo
Reflejaba el dolor en su semblante;
Y tocando con mano vacilante,
Una limosna por amor rogaba.
Esta vez al abrir, sentí de pronto,
El horror que aquel hombre me causaba,
Las llagas de su cuerpo supuraban;
Y al pensar que su mal me contagiara;
¡Cerré la puerta, de golpe y en su cara!
En forma de un mendigo o de un lisiado
¡Cuantas veces SEÑOR habrás tocado!
Y yo me he hecho sordo a tu llamado.
Buscaste caridad donde no habia,
Un poco de calor y no lo hallabas;
Solo hubo mezquindad y en mi osadía,
Negaba todo a aquel que me lo daba.
Si al corazón contrito y humillado,
por tu inmensa bondad has perdonado,
¡Perdóname SEÑOR, ven a mi puerta
Hay tanta soledad y esta desierta!
Te necesito,
por eso voy a regresar, me vuelvo a casa.
A estos años y yo aún sin rumbo fijo.
Hoy no puedo ni pensar. No se que pasa,
pues ando en un mundo irreal,
que sólo ofrece muerte.
Sólo me queda un fracaso al terminar
que me hace sentirme ausente.
Señor: Recíbeme en tus brazos yo te pido
yo ya no recibo más este vacío.
Quiero estar seguro, que tu corazón
lata muy junto al mío.
Señor Jesús: Tú que nunca mientes.
Te necesito,
por eso tengo que volver.
En tí hallo la vida y si sigo por ahí
la puedo hallar perdida.
Andando con muy malas compañías
y siendo hasta rebelde con mis padres.
Señor: Ayúdame.
Yo creo en tu promesa.
Y se que en mi camino aún hay una senda,
la quiero caminar.
Te necesito.
tú que nunca mientes.
Te necesito,
y por eso hoy quiero que tomes mi destino.
No quiero que cualquier piedra
me haga tropezar por el camino.
Yo he creído en tí
y necesito estar contigo.
¡Padre mío!.
¿Quién como Tú?
Oh, Dios infinito
Creador soberano,
Eternamente bendito.
Con tu palabra y soplo
Embelleciste el mundo
Adornaste los montes
Y el océano profundo.
Tomaste la tierra
Infundiéndole vida
Haciendo al hombre del polvo
Y Eva de su costilla.
El polvo, ingrato,
Se apartó de tu ley
Convirtiendo sus hijos
En enemigos del Rey.
Cuán grande tu gracia
Insondable tu plan
Por una virgen enviaste
El Segundo Adán.
La virtud de Cristo
Ahora nuestra por fe
Y sin temor esperamos
El regreso del Rey.