Salmo87

En este cántico se nos habla sobre el privilegio de morar en Sión, lugar escogido por Dios para hacerlo su morada. No existía para el verdadero israelita lugar de mayor privilegio. Haber nacido en Jerusalén era para el judío el piadoso el mayor de los regalos divinos.

Los hombres se sienten orgullosos de ser ciudadanos de naciones grandes y poderosas, como en los días cuando el salmista escribiera esta hermosa canción. Egipto, con todo su poder y gloria. Babilonia, cuya hermosura se cantaban en todas las naciones. Filistea, una nación muy rica en el comercio internacional. Tiro y Etiopía eran también naciones muy famosas en todo el mundo.

Pero ninguna de ellas era comparable en gloria y hermosura a Sión, la Jerusalén, ciudad del gran rey. Porque ella era asiento y habitación del Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob. De ninguna nación del mundo se dijo jamás..."cosas tan gloriosas como se han dicho deella. Ciudad de Dios" "Lugar donde el Dios de la Gloria ha puesto sus fuentes" (Verso 7) Todos los ríos de las gracias de Dios están en ella.

Yo creo, mis hermanos, que este salmo es todo él una sombra y figura de la Iglesia. La Iglesia que Cristo compro con su sangre es llamada en el Nuevo Testamento "La Jerusalén Celestial", aquella que le fue mostrada a Juan en la isla de su destierro. La Iglesia allí aparece llena de la Gloria de Dios, y esa gloria que se le muestra al discípulo del amor, solo es hasta donde la comprensión limitada del hombre puede llegar a comprender.

La realidad será solo entendible cuando seamos semejantes a Cristo en gloria, después de la transformación que Dios hará en nosotros con su poder.

En los versos 1,2 y 3, se nos habla de los CIMIENTOS DE LA IGLESIA, DEL AMOR DE DIOS PARA SU IGLESIA Y DE LA GLORIA DE DIOS QUE HA DE MANIFESTARSE A SU IGLESIA. El fundamento sobre el cual Dios ha edificado su Iglesia es único (1ª Corintios 3:11) Jesucristo mismo, él es el Rey de Gloria. Él esta adornado de perfección y justicia eterna.

Aquellos cimientos sobre los que estaba edificada la Jerusalén Celestial que le fue mostrada a Juan, todos eran de piedras preciosas, de joyas incorruptibles, de todas las virtudes que se dan en Jesucristo, el fundamento o los cimientos donde la ciudad de Dios esta edificada.

Cada cosa mencionada de esa Jerusalén Celestial, y que se corresponde en todo a la Iglesia de Jesucristo, son tipo, figura, sombra, de lo que seremos en el futuro. Toda la Gloria de Cristo será manifestada a su esposa, su Iglesia, de la cual se han dicho cosas gloriosas a lo largo de toda la revelación bíblica.

Esa ciudad, de la que nosotros somos súbditos, ese edificio del cual somos piedras, ese templo del cual somos hechos moradas de Dios en Espíritu, ese cuerpo del cual somos miembros ese linaje del cual somos sacerdotes, ese reino del cual somos reyes, esa Iglesia de la cual Dios, por su Espíritu Santo "ha dicho cosas gloriosas"

Ahora no podemos comprender todas estas cosas. Todavía estamos en la tierra y en cuerpos de tierra y todo esto hace opaca nuestra grandeza. Somos del cielo, pero aun no estamos en el cielo. Somos hijos de Dios, pero aun estamos en nuestra infancia, somos herederos de Dios y coherederos con Cristo, pero aun estamos bajo tutores. Somos santos, pero aun no somos perfectos, y por estas imperfecciones es que todas las cosas gloriosas que Dios dice de nosotros nos cuestan trabajo asimilarlas.

Vemos mas a la Iglesia desde una óptica terrenal que celestial, mas de carne que de espíritu, mas de barro que de cielos, y más pensamos en ella con la razón que con la Fe, y esto es lo que muchas veces borran en nosotros la visión de "las glorias venideras que en nosotros han de manifestarse.

Muchas veces, cuando el mundo nos ve en nuestra manera de vivir, no piensan muy bien de nosotros, y esto perjudica la imagen de la Iglesia, y entonces no dicen cosas buenas de nosotros, y esto va en perjuicio de la Iglesia. Muchas cosas oímos decir a los hombres del mundo sobre la Iglesia, y no siempre lo que dicen son "cosas gloriosas". Muchas veces, los que formamos la Iglesia, estamos dando una mala imagen de ella, porque nuestras vidas no se corresponden con lo que decimos creer.

Por desgracia, muchas veces, los propios convertidos tomaron una imagen de la Iglesia equivocada, porque miraron más a los cristianos que al CRISTO de los cristianos.

Pero cuando el verdadero israelita mira a Sión, de la cual es ciudadano, entonces la Iglesia es para él "el asunto preferente de su alegría". No existe para este verdadero piadoso, lugar comparable a la morada por excelencia, en la cual el mismo Dios lo ha plantado. Ha nacido en la Jerusalén de lo alto, y ningún otro lugar se le puede comparar.

La Iglesia aun esta oculta para muchos de los que nos decimos pertenecer a ella. Aun sigue escondida de nuestra comprensión, porque la miramos desde la posición de la carnalidad, y no desde el Espíritu de Dios. Nos dice Pablo"que el hombre carnal no puede comprender las cosas espirituales... porque para entrar en su dimensión es necesario estar en el Espíritu de Dios, desde cuyo único lugar podemos comprender las cosas de Dios"(1ª Corintios 2)

Y es que somos tan superficiales que no ahondamos en los bellos misterios escondidos, pero a nuestro alcance. Si buscáramos de verdad las cosas del Espíritu, amaríamos mas a la Iglesia a la que pertenecemos, nos entregaríamos por ella y le daríamos mas de nosotros mismos. Buscaríamos todo lo que pueda ser de ayuda para la familia, oraríamos más, nos identificaríamos mas con su comisión en la predicación y testimonio personal del evangelio a otros, para que sean salvos y puedan ser parte de la Iglesia de Jesús.

Si fuéramos más espirituales, disfrutaríamos más de la Iglesia y beberíamos más de las fuentes que Dios ha puesto en ella."Todas mis fuentes están en ti" (Verso 7) Todas mis delicias, no hay para mi ninguna cisterna fuera de la Iglesia.

El río de la vida, el afluente de todos los goces del alma los tiene el verdadero cristiano dentro de Jerusalén, donde Dios ha hecho su morada. Egipto y Babilonia son sinónimos en la Biblia del mundo en sus placeres, riquezas, misterios y confusiones, para los que deciden vivir según sus ofertas y deleites. También son sinónimo de pecado, esclavitud, idolatría, supersticiones y ruina eterna.

Muchos se enorgullecen de haber nacido en estos lugares, y desean mantenerse en ellos hasta el último aliento de sus almas. El verdadero convertido lo tiene claro muy claro de parte de Dios, cuando nos dice"salid de en medio de ellos, y no participéis de sus abominaciones" (2ª Corintios 6:17-18)

Jesucristo es la fuente de aguas vivas, y aquellos que beben de él se sentirán completamente satisfechos. Él es la verdadera comida del alma, y aquellos que se alimentan de su vida, no buscaran las algarrobas de Egipto. Cristo es el Dios vivo, Espíritu, y todos los que han sido iluminados por él, no buscaran los ídolos babilonicos con sus misterios y sus cultos de demonios.

Hermanos, la Iglesia de Cristo, cuyo arquitecto y constructor es el mismo Dios, es la Iglesia revelada en el Nuevo Testamento. Esa Iglesia a la que Jesús te añadió el día de tu conversión por la Fe, el arrepentimiento y el bautismo. Si así lo crees, sentirás en tu alma lo que este salmista sentía por su Iglesia. ¿Qué piensas de tu Iglesia local? ¿ ¿QUE ES PARA TI? CONTÉSTALE A DIOS.

 

MANUEL SALVADOR.
Predicador de la Iglesia de Cristo en Sevilla

 
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