Volver

Estudiando el Nuevo Testamento

LECCION 3

EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO.

CAPITULO 3

Introducción: En los primeros diez capítulos de Mateo registra la revelación del Rey a la nación de Israel. En los capítulos uno y dos nos da su linaje y nacimiento, mostrando a partir de los profetas que Jesucristo es el Rey de Israel. En el capitulo III presenta a Jesús mediante su "PRECURSOR" Juan el Bautista. " En aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea, y diciendo: Arrepentios, porque el reino de los cielos se ha acercado. Pues este es aquel de quien hablo el profeta Isaias, cuando dijo: Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas". (Mt. 3:1-3).

Para Mateo, el factor culminante en la preparación de la venida del Mesías es el ministerio de Juan el Bautista. Él fue levantado por Dios para ser "precursor". Su tarea era la de preparar y abonar la tierra para la venida de Jesús. Dios le enviaba para que, por medio de su predicación, los corazones de las gentes estuviesen predispuestas para el ministerio de Jesús. La llamada al arrepentimiento, que estaba en el mismo centro de su ministerio, era una llamada "pre-evangelista". El arrepentimiento es una condición previa e indispensable para que el evangelio pueda ser recibido. Merece la pena meditar sobre la vida y ministerio de Juan. Según Jesús, "entre los nacidos de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan el Bautista". (Mt. 11:11).

Pocos predicadores han producido iguales resultados, ninguno ha recibido igual alabanza de la Cabeza de la Iglesia.

Lo primero a destacar sobre este hombre es su MENSAJE, (vers. 1-2).

Juan estaba ofreciendo el reino de Dios a los Judíos, pidiéndoles que se arrepintieran y se prepararan para recibir al Rey. Jesús mismo predicó este mismo mensaje, (Mt. 4:17), y también sus discípulos, (Mt. 10:7; Lc. 24:46-48) Cuando la nación judía rechazó al Rey, el reino les fue quitado, (Mt. 21:42-43).

Lo segundo que podemos aprender de Juan es su AUTORIDAD, (Mt. 3:3). De su ministerio y elección había escrito el profeta Isaías, (Is. 40:1-3). Juan el Bautista dió cumplimiento a esta profecía. Él fue el último de los profetas del Antiguo Testamento, (Lc. 16:16). Por cuatrocientos años no se había oído de ningún profeta. Las últimas palabras proféticas pronunciadas por el penúltimo de los profetas del Antiguo Testamento hablaban de la venida de Juan el Bautista al que anuncia como Elías y que Cristo interpretó que se trataba de Juan el Bautista, (Mt. 11:11-14; 17:10-13). Así pues, tanto Isaias como Malaquias anunciaron de la venida de Juan el Bautista como "precursor" del Rey. Por tanto su autoridad estaba avalada por el mismo Dios, "Jehová de los ejércitos" y que en su venida lo había elegido para ser su HERALDO Y ANUNCIADOR, (predicador). La autoridad de su mensaje fue toda verdad, (Jn. 10:40-42).

La tercera cosa que vemos en este gran profeta de Dios es su PERSONA, (v. 4). Fue humilde y rústico en sus maneras y sus vestidos. Su vestimenta recordaba la de Elías, (2ªR. 1:8). En Malaquias 4:5-6, Dios prometió que Elías vendría primero antes del terrible ida del Señor. Los judíos le preguntaron a Juan si era Elías y él lo negó, (Jn. 1:21). Sin embargo, si los judíos hubieran recibido a su Rey, Juan hubiera sido ese Elías, (Mt. 11:14), Juan vino en el espíritu y poder de Elías, (Lc. 1:17), empezando en el versículo 13.

En cuarto lugar hemos de destacar su BAUTISMO, (vers. 5-6). Este no fue el Bautismo cristiano, (véase Hch. 19:1-7), Si no mas bien de arrepentimiento, (Mt. 3:11). Su Bautismo era del cielo, (Mt. 21:23-27), y este Bautismo de arrepentimiento tenia dos propósitos:

1º. Introducir a Cristo en la nación de Israel, (Jn. 1:31).

2º. Preparar sus corazones para la venida del Rey.

Los judíos bautizaban a los gentiles que se convertían en prosélitos, pero ¡Juan bautizaba Judíos!.

Ahora en los versos 7 al 12 vemos a los fariseos viniendo a Juan, (Mt. 3:7-12). Los fariseos eran legalistas literales, que convirtieron la ley en una carga; los Saduceos eran "liberales" que negaban mucho del Antiguo Testamento, (véase Hch. 23:8). En tres ocasiones a los fariseos se les llamo "generación de víboras", por Juan el Bautista y por Jesús, (Mt. 12:34; 23:33). Satanás es una serpiente y estos hombres eran sus hijos, (Jn 8:44). Los fariseos eran enemigos de Cristo y aparecen con frecuencia en Mateo.

Ahora en los versos 13 al 17, vemos a Jesús y a Juan para ser bautizado. ¿Por qué se bautizó el Hijo de Dios aún cuando nunca cometió pecado alguno?. Podríamos mencionar por lo menos SEIS RAZONES:

1ª. OBLIGACION: "Conviene que cumplamos con toda justicia", (Mt, 3:15).

2ª. CONSAGRACION: El sacerdote del Antiguo Testamento se bañaba, luego era ungido. Jesús se sometió al bautismo en agua, luego el Espíritu Santo vino en forma de paloma, (véase Exodo 29).

3ª. ELOGIO: Jesús dio su aprobación al ministerio de Juan y así obligó a la gente a escuchar a Juan y a obedecerle. En lugar de eso, los lideres religiosos rechazaron el bautismo de Juan, (Lc. 7:30).

4ª. PROCLAMACION: Esta fue la presentación oficial de Jesús que Juan hizo a la nación judía, (Jn. 1:29-34).

5ª. EXPECTACION: Este bautismo de agua miraba hacia su bautismo de sufrimiento por nosotros en la cruz, (Lc. 12:50). Jesús cumplió toda justicia mediante su muerte en el calvario.

6ª. IDENTIFICACION: Jesús se identificó con los hombres pecadores, inmediatamente después, el Espíritu le llevo al desierto. Y allí podemos ver aquel cuadro del "chivo expiatorio" que simbólicamente llevaba los pecados de la nación, (Lv. 16:1-10).

La palabra griega "baptizo", significa sumergir, hundir y Juan requería mucho agua para el bautismo, (Jn. 3:23). Jesús experimentó en la cruz el oleaje y marejada de la ira de Dios.

En el versículo 16 vemos la señal de Dios prometida a Juan que le daría para identificar a su Hijo. (Jn. 1:31-34). Y en el versículo 17 vemos a Jesús y al Padre, (esta es la primera de tres ocasiones cuando el Padre le habló al Hijo desde el cielo, Mt. 17:5; Jn. 12:28), aquí tenemos revelada la Trinidad. El Hijo es bautizado, el Espíritu Santo desciende como Paloma y el Padre habla desde el cielo.

  © 2000 Iglesia de Cristo de Sevilla

Volver