Volver

Estudiando el Nuevo Testamento

LECCION 2

EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO.

CAPITULO 2

    1. EL NACIMENTO DEL REY.(Mateo 2:1-2).

Fue en Belén donde nació Jesús. Belén era un pueblecito a unos ocho kilómetros de Jerusalén. Antiguamente se había llamado Efrata, que en hebreo significaba Betléjem, que quiere decir "CASA DE PAN", por encontrarse en un lugar muy fértil, y fue allí donde nacería Aquel que así mismo se denominaría "el verdadero pan del cielo que da vida al mundo"( Juan 6:32-33). Belén tenia una larga historia. Fue allí donde el patriarca Jacob enterró a Raquel y levanto un pilar en su memoria, (Gn. 48:7), (Gn. 35:19-20).Fue allí donde vivió Rut después de casarse con Booz, (Rut 1:22). Pero sobre todo, Belén fue el hogar de y la ciudad de David,(1ª S.16:1; 17:12; 20:6). Era también del pozo de Belén de cuyas aguas David sentía tanta nostalgia cuando era un fugitivo perseguido por las colinas, lo que motivó una preciosa escena de lealtad por parte de sus soldados, (2ª S. 23:14-17). ¡Cuan buena serian las aguas de Belén!, mil años mas tarde, en aquel pueblo milenario, DIOS ABRIÓ UNA FUENTE DE AGUAS VIVAS, para que todo aquel que bebiera de ellas nunca mas tuviera sed, ¡Y cuan buenas y refrigerantes es esta agua, y cuanto anhela el que las ha gustado beber de ellas siempre!. El Rey Mesías nació en Belén como dijo el profeta Miqueas: "Pero tu, Belén Efrata, tan pequeña entre las familias de Judá, de ti ha de salir el que será Señor en Israel; sus orígenes se remontan al inicio de los tiempos, a los días de la eternidad " (Mi. 5:2).

Era en Belén, la ciudad de David, donde los judíos esperaban que naciera el mayor Hijo del gran David; era de allí donde esperaban que viniera al mundo el Ungido de Dios( Rey-Mesías), y así fue.

    1. EL HOMENAJE QUE SE LE RINDIO AL REY. (Mt. 2:1-12).

".....vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, diciendo: ¿Dónde esta el Rey de los judíos, que ha nacido?. Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle", (vers. 1-2). ¡Cuantas leyendas apócrifas, cuanta especulación histórica, cuantas fantasías y leyendas tradicionales a lo largo de veinte siglos se han acumulado en torno a la visita de estos magos a Jesús cuando nació en Belén!. Esto me recuerda aquellas palabras de San Pablo y San Pedro que nos dicen : ".....para que ninguno piense mas allá de lo que esta escrito" (1ª Co. 4:6). "Si alguno habla, hable conforme a la palabra que Dios dice..." (1ª P. 4:11).Fueron los fariseos y escribas en los días de Cristo, a los que tuvo que condenar porque ellos fueron mas lejos de lo que Dios les había dejado rebelado por su Palabra, y a ella añadieron sus tradiciones y enseñanzas humanas, dándoles mas valor a sus enseñanzas y costumbres que a la misma Revelación Divina. No sabemos cuantos sabios vinieron, ni de donde vinieron ni cuales eran sus nombres, porque al Espíritu Santo no le ha placido revelárnoslo. El ejemplo que tenemos nosotros de estos "magos", es una buena lección para nosotros:

    1. Siguieron la luz que Dios les dió, (su estrella). La Biblia es la luz que nos guía siempre a Jesús el Rey, y El es la Estrella resplandeciente de la mañana, (2ª P. 1:19), (Nm. 24:17).
    2. Confirmaron sus pasos por medio de la Palabra, (Mt. 2:4-8). Los sacerdotes y los escribas fueron convocados por Herodes y vieron por las Escrituras el lugar donde tenia que nacer el Mesías, así que una vez comprobado, "donde", ellos de nuevo se pusieron en el camino, y llegaron al sitio exacto donde señalaba la profecía.
    3. Y en tercer lugar los magos obedecieron la palabra de Dios sin cuestionarla, y Dios los guió en cada paso en el camino.

Mateo cita a Miqueas 5:2 para mostrar que Cristo nació donde el profeta había predicho. Dios dejó a la orgullosa Jerusalén y escogió a la humilde Belén. El Rey David nació en Belén y Cristo es el Hijo de David, (Mt. 1:1).

    1. EL ODIO CONTRA EL REY. (Mt. 2:13-18).

Así como Satanás había tratado de impedir que Cristo naciera, ahora trató de destruirle después de su nacimiento. El diablo sabe que el Hijo de Dios ha sido designado para derrotarlo y recuperar el dominio universal usurpado por el. La historia de la Biblia nos da mucha información sobre las dificultades que el diablo ha venido poniendo para obstaculizar el plan divino de la redención de la humanidad. Desde el asesinato de Abel, la corrupción del linaje de Set,..... el intento de faraón por destruir a todos los niños varones de los hijos de Israel, el plan de Aman contra los judíos para exterminarlos, etc...En el Nuevo Testamento sobresalen la orden de Herodes de matar a los niños menores de dos años nacidos en Judea, y los repetidos intentos de los judíos de matar a Jesús, y que culminaron con su muerte en la Cruz. La Biblia por lo tanto, pone de manifiesto que Satanás ha procurado con ahínco la destrucción del Mesías. Pero por la Biblia sabemos que Dios terminará con la rebeldía del Adversario de un manera total cuando el mundo y todos sus reinos vengan a ser del Señor y Mesías Jesucristo, (Ap. 11:15, leer).

Herodes mando a matar a todos los niños menores de dos años, porque esa era la edad del niño Jesús cuando los magos llegaron a Jerusalén buscándolo, y Mateo vió esto en cumplimiento de Jeremías 3:15.

    1. LA HUMILDAD DEL REY. (Mt. 2:19-23)

José uso su "sentido común santificado" y no regresó a Judea. Dios aprobó su decisión y la familia se mudó a Nazaret. Mateo se refiere a "lo que fue dicho por los profetas", (vers. 23). La palabra "nazareno ", viene de la palabra hebrea NETZER, y que significa "rama", o "retoño", o "vástago", nombres que aplican a Jesús. Por eso es que Mateo escribió "profetas" plural, puesto que a Cristo se le llama "vástago"o "renuevo"o "rama", (Is. 4:2; 11:1; Jer. 23:5; 33:15; Zac. 3:8; 6:12). Debido a que Jesús vivía en un lugar despreciable, despreciado, Jesús era como un vástago humilde; pero el Renuevo un día florecería con belleza y gran gloria. Nazaret era una población innoble. ¿De Nazaret puede salir algo bueno?, (Jn. 1:46).

Jesús fue un Rey humilde. Se despojo y humillo a si mismo, incluso hasta la muerte, para salvarnos. (Leamos Fil. 3:1-11)


  © 1999 Iglesia de Cristo de Sevilla

Volver